El Hombre Con Dos Caras

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Alya POV

Era Quirrell

— ¡Usted! — exclamo Harry —

Quirrell sonrió. Su rostro no tenía ni sombra del tic.

— Yo — dijo con calma — me preguntaba si me iba a encontrar contigo aquí, Potter —

— Pero yo pensé... Snape... —

— ¿Severus? — Quirrell rió, y no fue con su habitual sonido tembloroso y entrecortado, sino con una risa fría y aguda — Si, Severus parecía ser el indicado, ¿No? Fue muy útil tenerlo dando vueltas como murciélago enorme. Al lado de él ¿Quién iba a sospechar del po-pobre tar-tamudo p-profesor Quirrell? —

Al parecer Harry no podía aceptarlo.

— ¡Pero Snape trato de matarnos! — dijo señalandome —

— No, no, no. Yo trate de matarlos. Pero su amiga la Señorita Granger, accidentalmente me atropelló cuando corría a prenderle fuego a Snape, en ese partido de Quidditch. Y rompió el contacto visual que yo tenía con ustedes. Unos segundos más y los habría hecho caer de esas escobas. Y ya lo habría conseguido, si Snape no hubiera estado murmurando el contramaleficio, tratando de salvarte —

— ¿Snape trataba de salvarme a mí? —

— Por supuesto — dijo Fríamente Quirrell — ¿Por qué crees que quiso ser Árbitro en el siguiente partido? Estaba tratando de asegurarse de que yo no pudiera hacerlo otra vez. —

Eso realmente nos sorprendió a los dos.

— Gracioso, en realidad... no necesitaba molestarse. No podía hacer nada con Dumbledore mirando. Todos los otros profesores creyeron que Snape trataba de impedir que Gryffindor ganará — rió al decir eso — se ha hecho muy impopular... Y que pérdida de tiempo cuando, después de todo eso, voy a matarlos está noche. —

Quirrell chasqueo los dedos.

Unas sogas cayeron del aire, enroscandose en el cuerpo de Harry y en el mío, sujentandonos con fuerza.

— Son demasiados molestos para vivir. Deslizándose por el colegio, como en Halloween, porque me descubrieron cuando iba a ver qué era lo que vigilaba la piedra —

— ¿Usted fue el que dejó entrar al Trol? — pregunté, sabiendo la respuesta —

— Claro. Yo tengo un don especial con esos monstruos, ¿No vieron lo que le hice al que estaba en la otra habitación? — recordamos al trol desmayado — Desgraciadamente, cuando todos andaban corriendo por ahí buscarlos, Snape, que ya sospechaba de mi, fue directamente al tercer piso para ganarme de mano, y no sólo hizo que mi monstruo no pudiera matarlos, sino que ese perro de tres cabezas no mordió la pierna de Snape de la manera que debería haberlo hecho... —

Hizo una larga pausa.

— Ahora, esperen tranquilos. Necesito examinar este interesante espejo —

Vimos lo que estaba detrás de Quirrell. Era el espejo de Oesed.

— Este espejo es la llave para encontrar la piedra — murmuro Quirrell, dando golpecitos alrededor del marco — Era de esperar que Dumbledore hiciera algo así... pero él está en Londres... cuando pueda volver, yo ya estaré muy lejos... —

¿Destinados? (Harry Potter y Tú)Where stories live. Discover now