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La constante atención es como una droga, adictiva. Noceda sabía esto, sabía que su constante atención atraparia a la Blight y cuando esta constante atención desapareciera la tendría como una "mascota" a la par de sus acciones, ¿tenía razón? Quizás, no puede confiar en la portada de un libro para determinar bien su contenido, por tanto la Noceda intento aprender de su comportamiento, el por qué actuaba así. No obtuvo respuesta alguna.

La Blight tenía un secreto, si es que se podía llamar Blight. Pero, cual es el caso en decir la verdad justo ahora?, prefiero que se mueran del suspenso a esto. Deberán averiguarlo por si mismos.

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Amelia Blight, la estudiante estrella estaba a punto de salir con su "acosadora", lo que los celos hacen.

Al salir, la Blight se encontró con nada más ni nada menos que un mercedes, nada del otro mundo para ella. Sacó su dedo medio mientras se acercaba lentamente al auto, a los ojos de la Noceda era como un pavo real, demostrando su belleza en una danza, la Blight entró al copiloto y no pronunció nada, solo observó detenidamente a la conductora

-vaya, no me vas a saludar, ¿en donde quedaron tus modales, Blight?-dijo la Noceda intentando liberar la tensión del momento

-entonces... Tu fuiste la imbecil que acabo con mi paz en unos días- al fin musito la Blight

-vaya forma de saludar a quien te demostró que vales demasiado para alguien como Bos- antes de que pronunciará algo el impacto de la mano de la Blight le hizo cerrar la boca

-no hables de ella. Ahora, ¿qué es lo que tanto quieres? Nadie insiste tanto en mi a no ser de que necesito dinero o algo-

-lo único que quiero eres tu, tener tus ojos ámbar puestos en mi. Eres la dueña de mis pensamientos- dijo la morena, sin demostrar nerviosismo

-apenas nos estamos conociendo-dijo la Blight y sin dar más, solo observó por la ventana del auto, aun estaban en su casa, aun podía recordar miles de sucesos que ocurrieron allí, desde su padre con una bici para ella de 5 hasta su primera vez con Boscha.

La Noceda no dijo nada, entendió que la Blight no hablaría más, sin embargo, sus palabras le dieron a entender que tendría el permiso de conocer a Amelia, es un progreso grande.

No dijeron nada en el trayecto del lago, solo se escucharon suspiros y sus miradas que se conectaban de vez en cuando.

Al llegar a su destino, la Noceda tomo unas cañas de pesca de su auto y unas mantas de picnic.
-Blight, ¿Podrías ayudarme un momento? - pregunto, pidiendo ayuda con algunos postres y otros utensilios

-¿te vas a mudar y me secuestraste? O porque tantas cosas- dijo la Blight con risa, risa que provocó una sonrisa en Lucia

-si, acertaste. Vamos a pescar, mi padre solía llevarme a lagos para pescar y sorprender a mi madre- una mentira que Amelia no iba a notar

La Blight solo asistió y al llegar al lago dejo la manta en el suelo.

-toma, ya te enseño-dijo la Noceda pasándole una caña a la Blight, se sentó sobre la calida manta a comparación del clima de allí.

Los minutos transcurrían mientras se divertían, allí parecía haber magia tras essas mentiras. No pescaron nada pero la actividad las logró acercar, al menos la Blight no la va a ignorar tantola próxima vez que se encuentren.

-¿te llevo directo a tu casa o quieres hacer algo más? - pregunto la Noceda, guardando todo, al ver la cara de indecisa de la Blight no pudo contener su risa

-¿de que te ríes? Imbecil-dijo la Blight con un tono enojado

-¿por qué te enojas tanto? ¿Estás en tus días? - preguntó la Noceda con gracia

-típica respuesta masculina al no aceptar que las mujeres también tienen razones para enojarse, buah, pareces Matt-una respuesta que hizo a la Noceda guardar silencio, Amelia no parecía querer escuchar sus bromas.

La Blight ingresó al coche mientras la Noceda la llevaba a su hogar, ese día podría haber marcado su historia.
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Cucas.

Acosador?-g!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora