—Estoy muy nerviosa, Jude... He esperado mucho por este día. Quería realmente conocerlos.

—Yo no sé si esto funcionará, Irina.

—Tranquila, lo hará... —Me asegura.

Irina es mi mejor amiga, también compartía clases conmigo en la universidad, aparte de la residencia; las dos estudiamos periodismo. A diferencia de mí, ella nunca mostró mucho interés en participar en concursos. Para ella, siempre fue algo sin importancia.

Bajamos del metro a toda velocidad, casi corriendo para asegurarnos de llegar primero. Al salir a la calle, nos encontramos con un mar de gente que se agolpaba en todas direcciones.

Intentamos llegar a la puerta principal y me sorprende la cantidad de personas que rodean el edificio. Los gritos me están dejando prácticamente sorda. Estoy sudando y sintiendo cierto asco; diría que estoy haciendo un esfuerzo enorme para llegar a la entrada. Me asombra la intensidad de los gritos, la euforia y todo el movimiento que hay aquí.

—¿Con toda esta gente que hay, crees que podremos entrar y yo podré conseguir una entrevista con ellos? —Le grité.

Irina me mira con una sonrisa confiada a pesar del caos que nos rodea.

—Nada es imposible; podemos lograrlo porque tenemos el paquete de libros a tu nombre dentro del edificio.

Sigo su mirada y noto una pequeña puerta en un lateral del edificio, apenas visible entre la multitud. Irina aprieta mi mano, y entre empujones y risas, comenzamos a abrirnos paso hacia esa dirección. La gente se agolpa, pero con determinación avanzamos hacia la puerta lateral.

—Mira, perderé el concurso, el paquete y todo.

—Jude, tu paquete está adentro... Tendrás los libros, la entrevista, solo no me pongas más nerviosa.

—Podríamos haberlo planeado de otra manera.

—Es la única opción que tenía en mente para que nos dejen entrar adentro...

—No creo que funcione.

—Si funcionara.

—Mira, esta gente no te dejará entrar, olvídate de esto, ¿sí? —Le dije—Iremos a por mi paquete y luego nos marchamos a la residencia y ya pensaré en otra manera para el concurso, ¿vale?

—No pienso irme sin haberlo intentado todo.

—Es imposible que logre entrevistarlos, olvídate.

—Deja de quejarte y sígueme.

En estos momentos, seguimos intentando hablar con un chico que formaba parte del personal del edificio. Nadie se acerca. Parecemos dos desquiciadas tratando desesperadamente de llamar la atención de los guardias. He perdido la fe: de verdad, parece más fácil sobrevivir a un apocalipsis que enfrentarse a un montón de personas gritonas empujándose al mismo tiempo.

—¡No funciona!—Le grité a Irina, frustrada.

—Jude,.. Me estresa que estés todo el tiempo quejándote, esto es por ti —Me reprocha Irina, con una mirada de determinación.

—Y por ti también, eres la que quiere conocerlos —Respondo.

—Y tú, la que quiere entrevistarlos y ganar un concurso de mierda en la universidad.

—Oh, gracias por llamarlo "mierda" —Ironizó.

—No es momento de discutir... —Concluye, con un suspiro resignado.

Esta vez, algo parece funcionar bien. El guardia, que estaba parado al frente, nos escucha y se acerca, quedándose frente a nosotras. Da hasta miedo. Soy consciente de lo absurda que es nuestra situación y la mirada crítica del guardia sobre nosotras aumenta la presión.

Acordes menores Where stories live. Discover now