— Hazme el amor Gabriel.

— Sila, no... — pero le veo mirarla y dudar. Veo como mira los tersos pechos de Sila, claramente operados y relamerse.

— Gabriel —Sila le toma de las manos y le levanta para acto seguido colocar las manos de Gabriel sobre su trasero—, hazme el amor como solo tú puedes hacerlo. Demuéstrame que sigo viva, que sigo aquí dentro, que tú y yo seguimos siendo tú y yo.

— Mi amor —Gabriel acaricia la espalda de Sila por debajo de la blusa y comienza a besar su cuello. La ha llamado mi amor. Algo que no puedo concebir después de todo lo que he pasado a su lado.

— Gabriel, te necesito —gime de placer Sila y echa la cabeza hacia atrás.

Las manos de Gabriel bajan por su cuerpo y le levanta la falda. Veo la brillante pistola de Sila en su muslo y como ella da varios pasos hacia atrás. Gabriel la alza y sigue besándole el cuello. Las piernas de Sila le rodean su cintura.

— Gabriel te amo tanto que me moriría sin ti. Tú me das la vida. Ha sido así siempre —le dice entre jadeos.

Se que me estoy destrozando, pero necesito esto para abrir los ojos de mi realidad con él. Él no puede estar siempre para mí, porque estará siempre ella, antes que yo, siempre.

Sila abre la cremallera de Gabriel con sus manos y baja como puede sus pantalones y el bóxer. Gabriel camina con ella y la apoya en una estantería. Acto seguido la penetra.

Una vez.
Otra vez.
Otra...
Otra...

— Gabriel te amo, dámelo todo Gabriel. Álzame al cielo. Te necesito, no me dejes nunca, por favor —la voz de Sila se convierte en una más dulce y suplicante.

De repente la veo una mujer vulnerable, una mujer rota. Y las lágrimas me inundan la cara. ¿Qué demonios hago?

— Nunca te dejaré, te lo prometo. Te quiero —dice Gabriel de repente.

Y con eso, sé que no necesito nada más para comprender que he perdido. Que estoy fuera de este juego.

Cierro los ojos, giro para apoyarme en la pared y dejo mis lágrimas correr. Me muerdo un dedo con fuerza para ahogar mi llanto y que no puedan oírme.

Sus gemidos llegan a mis oídos, como un recordatorio de lo que sé que he perdido.

Salgo corriendo y me dirijo al baño más cercano, cerca de las salas de reservados de la zona de discoteca. Entro en uno de ellos y lloro. Lloro todo cuánto necesito.

— ¿Estás bien? —la voz de una muchacha me hace frenar un poco y abrir los ojos.

Abro la puerta y una preciosa chica de no más de veinte años está frente a mí.

— Sí —le sollozo obligándome a parar.

La chica me tiende un pañuelo y me sueno los moscos frente a ella.

— ¿Un tío o una tía? — me pregunta la chica cruzándose de brazos.

Pienso mi respuesta.

— Ambos —le digo con pena.

— ¿No me digas que tu chico te ha puesto los cuernos con una de tus amigas?

Lo pienso de nuevo antes de responder. Es lo más parecido a lo que me pasa, así que, asiento.

— Siempre es la misma historia. Si se ha liado estando tú aquí con otra que se hace llamar amiga. Mándalos a los dos a tomar por culo. Soy experta en el tema —me sonríe y le devuelvo el gesto—. Ten —me tiende otro papel—, es mi número, por si algún día quieres llamarme y contarme tu mierda. Quizá yo te cuente la mía también, es la mejor terapia de todas. Me llamo Drew.

La chica me tiende la mano y se la aprieto con fuerza.

— Yo soy Bianca —le digo.

— Un placer. Nos vemos por ahí.

La chica sale del baño y yo tras ella. Tomo el celular y llamo a Velkam.

— ¿Pequeña? —me responde

— Velkam, ¿el avión está aún en el hangar?

— Si, de hecho, estoy hablando con el piloto.

— ¿Podría adelantar el viaje a esta noche?

Silencio...

— ¿Velkam?

— Sí, el piloto dice que podría. Pero es una locura, Gabriel estará cansado...

— Gabriel no vendrá —le corto.

Comienzo a notar de nuevo un enorme nudo en el estómago.

— Esto... —parece dudar— Bien... Vale. Escucha iré a buscarte, tardo una... media hora. Te recojo frente a la puerta del club.

— Perfecto, haré tiempo, necesito que me lleves al piso a recoger algunas cosas.

Cuelgo y me dirijo a la zona de discoteca. Necesito estar en un sitio donde no conozca a nadie. Donde nadie pueda preguntarme cómo estoy. Me voy a la pista, justo al centro. Cientos de cuerpos sudorosos bailan al compás de la música.

Nunca he estado en esta parte se la sala. Pero, la gente normal de mi edad suele venir aquí a menudo. Me acerco a la barra y pido un cocktail, le pido al camarero el que más alcohol tenga. Necesito quitarme este dolor de mi pecho. Necesito anestesiar mi cuerpo.

El camarero me mira reconociéndome, pero me da igual. No hago nada malo y no le debo explicaciones de lo que hago a nadie.

Una vez el licor me ha hecho entrar en calor, bailo un poco apoyada en la barra y miro el reloj.

Es la hora. Salgo de la discoteca y cruzo la calle.

Escucho un grito, una bocina y me giro a la derecha.

Dos enormes luces se dirigen hacia mí a una velocidad incalculable.

Un sonido atronador me envuelve y no soy capaz de reconocer qué está pasando. Pero, de repente todo se vuelve oscuro. Y no siento nada. Solo los ojos de Klaüs regresan con fuerza a mi mente y sé que esto es malo.

CONTINUARÁ...

Bienvenidos al Blood White

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Bienvenidos al Blood White. Bienvenidos al final de la primera novela, de la primera parte de esta historia que no solo es de Bianca. Si no donde Sila y Gabriel se harán más fuertes.

Ahora que has conocido a Bianca. Toca cambiar de historia, y continuar con esta maravillosa novela.

Os espero muy pronto para resolver qué ha pasado con Bianca tras este accidente.
¿Qué pasará entre ella y Gabriel?
Y también conoceremos más de cerca a otro protagonista de esta historia.

Blood White I (La historia de Bianca) #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora