Capítulo XXII ━ Todos

Start from the beginning
                                    

No obstante, se había olvidado de un detalle muy importante en su ecuación: había hecho llorar a Judith frente a Jessica.

Como pudo, la mujer se paró, y con todas sus fuerzas golpeó en la nuca al tipo que había atentado contra la vida de su sobrina. Eso le dolió, pero no fue suficiente como para dejarlo inconsciente, por lo que se puso encima de él y golpeó su cara con sus manos lo más fuerte que podía.

En cuanto Tyreese volvió a entrar, se quedó quieto en la entrada. Creía que él estaba loco por haber matado a todos los caminantes él solo sin arma alguna hace unos segundos, pero supo que estaba equivocado cuando vio a Jessica pegarle como podía a ese hombre.

Sin que dijera nada, ella se detuvo. Giró lentamente hacia Tyreese y dijo:

—No me siento bien, creo que me desmayaré.

No sabía si lo había matado, pero lo dejó inconsciente. Jess trató de alzar a Judith, pero aún seguía débil después de todo. Tyreese la ayudó a salir de la cabaña mientras él llevaba las cosas de la niña.

—¿Cómo lo lograste? —preguntó él.

—No sé —contestó con sinceridad—. Ni siquiera puedo levantar una bolsa y desfiguré el rostro de ese tipo —reía ante eso—. Mi meta era proteger a Jud.

—Hiciste muy bien —halaga Tyreese, sonriéndole.

Ella asintió, recordando a Hershel. Y a pesar de esto, no lloró. Hacía días que no lloraba por nada, y se sentía bien no desmoronarse siempre que algo malo pasaba, pero le preocupaba volverse insensible después de todo.

Todas sus ideas se desvanecieron cuando vió algo que solo había presenciado en sueños hasta ahora.

—Tyreese, mira —señaló hacia delante.

El grupo original venía desde lo lejos, pero su mirada solo se centró en Daryl. Su figura era lo mejor que había visto en días, y fue eso lo que le dió fuerzas para correr a tropiezos hasta él. Y no se lo esperaba, pero él también había comenzado a correr para hacer lo mismo.

Y en cuanto chocaron... fue hermoso. Se abrazaron, como nunca jamás en el pasado lo habían hecho. Y lloraron, viendo sus caras nuevamente después de tanto tiempo. No podía creer que estuviera frente a su mejor amigo después de todo, y que él también estuviera feliz de verla.

—Me alegro de verte de nuevo —dijo ella, llorando—. Te extrañé mucho, demasiado, más que a nadie.

—Yo igual —contestó, sorprendiendo a la castaña—. Tu cabello...

—Imité tu corte —rió, a pesar del llanto, recordando el gran cambio que él no había visto. Por primera vez después de tanto, vio de nuevo esa sonrisa.

Luego, cuando ya se tranquilizó un poco, saludó a Michonne. A Glenn y Maggie los abrazó al mismo tiempo. Corrió hacia Carl y lloró cuando volvió a verlo. Y en cuanto a Rick, debía confesar que no sabía cómo saludarlo luego de su disputa.

—Ella la cuidó —interrumpió Tyreese, refiriéndose a la niña—. Arriesgó todo para mantenerla a salvo.

Y Rick, ante esa confesión, no necesitó más razones para abrazarla con todas sus fuerzas. Era muy emotivo; él le agradecía por haberlo hecho mientras lloraba y ella se disculpaba por odiarlo en llantos. Abrazó también a Carl, quien tocaba a la bebé y pensaba que no había sobrevivido.

Estaban ahora todos reunidos. Ahora que tenía todo lo que anhelaba era la mujer más feliz del mundo. Había unas cuantas personas nuevas de las cuales no preguntó, pero que después Glenn comentó que se llamaban Abraham, Eugene, Rosita y Tara.

BLOODY DANGER¹ | Daryl DixonWhere stories live. Discover now