Capítulo VII ━ Recuerdos

Start from the beginning
                                    

Al darse la vuelta para dirigirse nuevamente a su celda para nunca más salir de ella, se topó con una horda de caminantes viniendo hacia donde estaban. Desenfundó su arma y comenzó a disparar a los que podía.

Ella seguía a Beth y Hershel, pero quería seguir protegiendo a Lori y Carl, sin embargo el llamado de Beth la obligó a continuar con ellos y matar a los que se le amotinaron encima. Jess forzó al granjero y su hija a entrar a la reja mientras ella mantenía controlada la horda.

En un momento, los caminantes eran demasiados para ella, por lo que no tuvo más remedio que entrar donde el anciano y su hija estaban y atacar a los monstruos con el cuchillo desde dentro.

Maggie llevó a Lori y Carl al pabellón segundos antes de que Rick y los demás llegaran. Este pidió que se quedaran allí mientras despejaban aquella área.

Pero eso no fue todo. En cuestión de segundos, una extraña pero ruidosa alarma comenzó a resonar en todo el lugar, llamando la atención de los caminantes de afuera.

—Mierda, ¡Rick! —Apuntó hacia el problema y Rick corrió hacia el pabellón de los prisioneros a pedir explicaciones.

Jess no soportaba estar ahí sin hacer nada, por lo que salió y encerró a Hershel y Beth solos.

—Jess, ¿qué haces? —preguntó la pequeña.

—Será un momento, no tardaré —fue lo único que dijo antes de intentar bajar las escaleras y ser detenida por Daryl.

—No bajes, quédate ahí.

—¿Estás de broma? —le gritó.

—¡Jessica, por favor, quédate adentro! No salgan, ¿entendiste? ¡No salgan! —gritaba mientras más se alejaba.

Sin nadie cerca y aquellos caminantes al acecho, se vio obligada a hacer guardia para mantener a Hershel y Beth a salvo. Por unos minutos, el peligro se aplacó, así que ambos salieron de entre las rejas.

—¿Están bien? —cuestionó Jess al verlos salir.

—No te preocupes, querida. Salimos de esta —habló Hershel para tranquilizarla—. ¿No los ves?

—Ni uno solo ha salido del pabellón —respondió en referencia a Rick y los otros—. Lori, Carl, Maggie...

—Estoy seguro de que estarán bien.

Cuando Rick, Glenn, Daryl y los reclusos volvieron, no traían a nadie más consigo. Al oír que T-Dog y Carol no sobrevivieron, Jess casi se desmaya; tuvo que sentarse en los escalones para que no se golpeara del mareo mientras Beth la sostenía.

Y de pronto, aparecieron unas caras conocidas. Carl, con su arma en una mano y un rostro demacrado y Maggie llorando con un bebé en brazos, repleta de sangre, tanto en las manos como en el cuerpo del pequeño. Cuando Rick preguntó por Lori nadie respondió, pero supuso que era obvio.

Rick estaba acabado, sufriendo por la repentina muerte anunciada de su esposa. Maggie se apoyó en Glenn y se aferró lo más que podía a él. Jessica fue corriendo a ver a Carl, ya que la pistola aún estaba en su mano; la tomó y la arrojó para luego tomar la cara del muchacho.

—Carl, ¿estás bien? ¿Te hirieron? —Las palabras le salían en sollozos.

—Mi mamá... Tuve que hacerlo, Jess...

—Tranquilo, nene, tranquilo. —Lo abrazó y lloró en silencio a su lado. Carl la tomó con fuerza para romper a llorar en su hombro.

Lo peor de toda esta tragedia era que había que seguir. El bebé lloraba por comida, y ahora que su madre había fallecido dando a luz, tenían que ingeniárselas para alimentarlo. Hershel pidió ver al bebé, descubriendo así que era una niña, y Carl se la llevó; Rick aún seguía en shock.

BLOODY DANGER¹ | Daryl DixonWhere stories live. Discover now