❥ ; 6 - ¿Fue un sueño?

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—Tenemos que volver a Italia, pero cuando no esté en celo— bromeó él omega y se aferró al brazo de su prometido. Buscó con la mirada, pero Cyno no estaba por ninguna parte. No había vuelto a hablar con él y aquellos recuerdos extraños eran confusos, como si fuera un sueño que se sentía demasiado real.

—Estoy de acuerdo, podemos volver cuando quieras— le dijo Alhaitham con una radiante sonrisa y besó con ternura el cabello de su chico.

En ese momento, Cyno dobló la esquina y se encontró de frente con ellos. Su corazón se aceleró y sus orejas se agacharon. La simple presencia de Tighnari alteraba su pecho como nadie había hecho jamás, pero el firme agarre de Alhaitham sobre él lo decía todo; era suyo.

—Bienvenidos a casa— dijo aparentando normalidad. —Espero que hayan tenido un buen viaje.

—Pues sí, Nari se ha pasado casi todo el vuelo dormido— respondió Alhaitham en tono bromista.

El omega se sentía extraño, quería correr a abrazar a Cyno, le había echado mucho de menos y necesitaba sentir su olor de nuevo.

—Es que estaba cansado... menos mal que ya no estoy en celo, es horrible— dijo Tighnari. —¿Comemos algo? Tengo hambre, necesito una ducha y sigo cansado.

Cyno tomó eso como la oportunidad perfecta para salir de ahí, así que pasó junto a ellos sin ni siquiera pararse a mirar al menor y fue directo a la cocina para avisar a la cocinera. Justo entonces, el móvil de Alhaitham sonó y éste rodó los ojos con expresión aburrida.

—Acabo de volver y ya me están molestando... ¿Me esperas en el comedor? Enseguida bajo y comemos juntos— le dijo a su chico y se inclinó para dejar un suave beso en sus labios.

Tighnari temió el momento de bajar por las escaleras, pero asintió dócilmente y le dio otro beso.

—Tengo un marido muy importante, tendré que ponerme celoso y reclamarte más para que no te llamen tanto— bromeó y se separó finalmente.

—No me importaría que lo hicieras— respondió el mayor con una sonrisa y finalmente descolgó el teléfono antes de dirigirse a su despacho.

El omega bajó a duras penas hasta la cocina. Nunca le había parecido que aquello estuviera lejos hasta ese día. Sus piernas temblaban y le dolía todo, pero era el precio a pagar. Nunca pensó que el sexo en celo fuera tan extraño, parecía como si hubiera vivido un sueño, como si no hubiera podido experimentar bien lo que es la intimidad con alguien.

Cuando llegó a la cocina se sentó en uno de los taburetes y soltó un gemido de dolor acompañado de unas cuantas lágrimas en los ojos. Entonces vio al fondo a Cyno y, al parecer, estaban solos. La cocina de la casa no era en la que la cocinera cocinaba, había una planta inferior en la que se concentraba el servicio y aquella era para uso personal por si les apetecía hacer algo.

—Hola, Cyno— dijo al fin, rompiendo el silencio.

El mencionado se tensó y tardó unos segundos en girarse para mirarle. No sabía qué decirle ni si quería hablar del tema, aunque él mismo tampoco estaba seguro de si era lo mejor hacerlo.

—Hola. ¿Qué tal estás?— cuestionó tratando de aparentar normalidad. Ya había decidido quedarse, así que sería mejor seguir con su vida.

Aquella escena era una especie de deja vu. Pasaba algo entre ellos y luego Alhaitham le daba a Tighnari el toque de realidad y finalmente estaban tensos, mirándose en la cocina. Sin embargo, ni siquiera estaba seguro de que había sucedido lo que bombardeaba su mente.

—Bien, me duele todo... ¿y tú? Dicen que me ayudaste, gracias por ello...— contestó esperando que Cyno diera lucidez a sus pensamientos.

La expresión de Cyno se ensombreció y sus orejas se echaron hacia atrás ligeramente. Estaba claro que no se acordaba o tal vez estaba haciéndose el loco.

Destinos entrelazados (omegaverse) [FINALIZADA]Where stories live. Discover now