4- La estancia en Azkabán

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Les llevaron a Azkabán, y Severus y Selene fueron encerrados, en celdas separadas, bajo la custodia de los dementores.

Durante días esperaron, en la oscuridad, incomunicados, sin tener noticias del otro, mientras terribles pensamientos consumían sus mentes.

Selene no dejaba de pensar en los largos meses que había sufrido a manos de Bellatrix, sus crueles torturas, sus desquiciados juegos. Revivía una y otra vez sus peores pesadillas.

Y ahora también se preocupaba por Severus. Él había llevado la Marca ¿Qué le harían? ¿Le condenarían a cadena perpetua? ¿Le darían el beso del dementor?

Por fin, abrieron la puerta, pero sólo vinieron a interrogarla. Una y otra vez, los aurores la asediaron a preguntas. Querían información, nombres, datos de víctimas, cosas que Selene no sabía o podía responder.

Ella intentaba colaborar, pues no ganaba nada guardando silencio, pero ellos no le creían cuando decía que no había hecho nada, que ella sólo era una squib.

Le interrogaron acerca de Severus, de su pasado como mortífago y sus presuntos crímenes, pero entonces Selene se negó a responder. No le iba a delatar. No diría nada que le perjudicase.

Como castigo, la dejaron incomunicada durante días, en completa oscuridad, con los dementores justo detrás de su puerta. Selene pensó que la dejarían morir en la celda, sin que nadie se acordase de ella. Atrás quedaron los días luminosos de su luna de miel. Ahora, solo el frio y la angustia la acompañaban.

Y entonces, cuando estaba sumida en la más absoluta desesperación, volvieron a abrir la puerta, y esta vez, Selene fue conducida fuera, hasta otra sala que, aun siendo sobria y deprimente, era menos lóbrega que la celda, y tenía ventanas por las que entraba la luz.

Un mago la esperaba junto a una mesa, y un patronus con forma de ave volaba a su alrededor.

–Soy Ignotus Travers –se presentó, tendiéndole la mano–. Voy a ser su abogado.

Selene apretó su mano y se sentó, sintiéndose repentinamente aliviada, gracias a la presencia del patronus.

–¿Nos permiten tener abogados? ¿Por qué no he hablado con usted antes?

–Ha habido cierto número de irregularidades, que están siendo solventadas en este momento.

–¿Qué pasa con Severus? ¿También va a ayudarle? –Selene miró al mago con ansiedad–. ¿Sabe si él está bien?

–El señor Snape pasará a disposición de los jueces en los próximos días, no debe preocuparse por él. Ahora debemos centrarnos en usted –el señor Travers desplegó el pergamino que llevaba en la mano, y apoyó la punta de una pluma encima. La pluma se mantuvo de pie sobre sí misma, por arte de magia–. Su nombre de pila es Selene Corine, ¿no es cierto?

–Así es –Selene vio que la pluma comenzaba a escribir fielmente sus palabras y la del abogado.

–¿Y contrajo matrimonio con Severus Snape hace cuarenta días?

–Si –Selene se mordió el labio, nerviosa ¿iba a volver a interrogarla acerca del pasado de Severus?

–¿Ha sido usted mortífaga, señora Snape?

–Ya les he dicho que no, nunca recibí la Marca. Soy squib –insistió Selene, comenzando a irritarse.

–Si fuese puesta en libertad ¿aceptaría ser vigilada por el Ministerio para controlar sus actividades y futuros movimientos? –esa pregunta la sorprendió ¿iban a liberarla?

–¿Acaso tengo otra opción? –preguntó, y el señor Travers la miró con seriedad–. Si, acepto –cedió.

–¿Se compromete a no contactar con individuos afines al bando tenebroso?

Conociendo a S. (Severus x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora