Capitulo uno.

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     1|Un desconocido.

Mi nombre. Empecemos por mi nombre. Mi nombre es Estefania, tengo 16 años y desde que tengo uso de memoria eh vivido con la familia Rodriguez. Vivo con ellos por que no tengo familiares, son muy amigables, bueno, todos menos, Eliza, Eliza no me queria, me detestaba y mucho, por que... Es que, ¿como decirlo?

Una vez ella invito a su novio a la casa, y... El novio este... Se fijo en mi y... Me dijo que era bonita y esas cosas que le dices a alguien cuando te gusta... El punto es que Eliza se enojo mucho y termino con su novio, que se hizo mi amigo, no mi novio, mi amigo y al parecer uno de los pocos que tenia. Se llamaba Dylan. Solo por esa estupidez Eliza me odiaba, asi era ella, no perdonaba estupidezes.

Eliza tenia un hermano, se llamaba David y el tambien era mi amigo, tenia el pelo rojo y muchas pecas en la cara, era alto y flacucho de piel blanca, casi igualito que su hermana solo que su hermana tenia el pelo lacio y el lo tenia rizado. Me pasaba el dia con el, y me gustaba pensar que eramos hermanos por que el tenia el pelo rizado y yo tambien, bueno no rizado pero si ondulado y castaño clarisimo, casi parecia rubio pero no lo era.

Estaba cepillando mi pelo castaño, en el baño mirandome al espejo, donde resaltaban mis ojos azules y los labios rojizos cuando escuche que alguien tocaba la puerta del baño.

Por favor que no fuera Eliza. Me habia tomado tiempo acomodar mi cabello para que se viera bonito y Eliza era capaz de arruinarlo solo por gusto.

–¿Quien?–pregunte recelosa.

–Soy yo,– susurro David del otro lado de la puerta y me tranquilize de inmediato.

–¿Que pasa,David?

–Alguien te busca en la puerta.

¿A mi? Pero si yo no tengo conocidos y el unico que tenia, que era Dylan, me avisaba por telefono. ¿Si no era el entonces quien?

–¿A mi? ¿Estas seguro que no es para Eliza?

–¡Yo no conosco a muchachos de 28 años, a mi no me echeis la culpa! –grito Eliza desde su habitacion que estaba a lado del baño.

¡¿De cuantos?!

Abri la puerta de inmediato y David casi se cae encima de mi pero se sostuvo del marco de la puerta.

–Bonito atuendo. – dijo David con las cejas alsadas.

Estaba usando un vestido negro que me llegaba abajo de las rodillas, y mangas esponjadas de una tela, negra transparentosa. Cabe recalcar que no era muy alta pero tampoco muy pequeña tenia la estatura perfecta para una chica de 16.

–Ven, esta en el salón. Y viene muuuuy elegante.

Eso me confundio aun más.

–¿Que...? –Empeze pero no me dejo terminar pues me jalo el brazo escaleras abajo. Donde estaba el muchacho.

Eliza tenia razón era grande, de unos 28 años, pero tenia un rostro sin arrugas y unos ojos azules del mismo tono que el mio y... Tenia el pelo rizado y del mismo tono que el mio, y usaba un traje negro, y una corbata. El muchacho estaba serio cuando me vio.

David me arrastro delante de el muchacho. Mejor dicho del desconocido. Si eso era, un desconocido por que ciertamente no lo habia visto nunca.

–Estefania. – dijo el desconocido viendome directamente a los ojos.

Silencio incomodo.

¿Como diablos sabia mi nombre?

–¿Usted quien es? –pregunto David a lado mio. Sus padres habian salido de casa, y Eliza no podia importarle menos mi existencia.

–Soy el señor Alex. –respondio el desconocido.

–Cuantos modales –pense yo.

–¿Y que quiere de nosotros? – pregunto David escondiendome detras de el. Era muy alto la verdad asi que no podia ver nada desde ahi atras aparte de su cuello.

–Quisiera llevar a su... A Estefania a mi hogar.

¿Que? No, no, no.

–No puede llevarsela, señor Alex.

–¿Que es usted de ella? –pregunto el señor Alex molesto.

–Soy su... Su... – no siguio. No era nada mio.

–¿Ve? Usted no es nada de ella, claro que me la puedo llevar y ustedes no podran hacer nada.

Pero el tampoco era nada mio. ¿verdad? ¿Era algo mio y no lo sabia?

–Pero usted no es nada de ella tampoco, usted no se la puede llevar.

–Claro que si jovencito.

¿Que? No podia llevarme, era un desconocido, no era nadie mio, no lo conocia, queria quedarme en mi casa, si es que se podia llamar asi por que ciertamente no era mia. Ni mi casa ni mi familia. Pero aun asi era lo mas cercano que hiba a tener a una.

–¿Usted que es de ella? –pregunto David receloso.

El desconocido lo penso un momento antes de decir.

–Su padre. Soy su padre y por eso me la puedo llevar.

David lo miro sorprendido. Hiba a decir algo, pero Alex no le dio tiempo de decir nada, agarro mi brazo y me jalo para que caminara, pero yo no queria.

Al ver que no me hiba a mover jalo de mi mas fuerte lo que hizo que me tropesara y el me agarrara para no caerme de nuevo, me jalo todavia mas fuerte y no me quedo de otra que seguirlo.

   

Los 4 ElementosWhere stories live. Discover now