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A diferencia de lo que imagino Ángel se había comportado bastante bien, sin hacer nada raro o fuera de lugar, al parecer el chico en verdad pensaba que su presencia le incomodaba, y eso le hacía sentir como un completo estúpido, no era su culpa, su cuerpo habia tenido una reacción automática, no pudo evitarlo, aparte de que él era una persona bastante expresiva, si algo le molestaba o no le agradaba sería bastante notable, pero jamás pensó que eso le jugaría tan en contra en una situación como está.

Con un suspiro cansado se dejó caer de cara contra su cama, gimió de frustración y se giro quedando boca arriba perdido en una extraña ensoñación.

Tras los últimos sucesos había llevado a su querido y sexi ex novio a la otra habitación y entre ambos la había logrado acomodar un poco para que el menor durmiera cómodo, no hablaron mucho y eso le dejaba con un mal sabor de boca.

Debía relajarse e intentar dormir era considerablemente bastante tarde y el día de mañana sería bastante agitado, pero no podía, no, él sabía a la perfección que Fabián se encontraba en la única otra habitación de su departamento, una que ataba justo frente a la suya, mierda, se levantó quedando sentado sobre su cama su mirada fija en la puerta de su habitación como si pudiera ver atra vez de ella y saber todo lo que pasaba en la habitación vecina.

Necesitaba dejar eso de lado y concentrarse en lo que verdaderamente importaba ahí y ahora, dormir.

Oh carajo, Ángel antes solía dormir desnudo o en ropa interior ¿Será que aún seria igual? ¿Que tanto habrán cambiado sus manías después de tantos años?

No, esto no estaba funcionando.

Inmediatamente se puso de pie sintiendo el frío suelo sobre sus pies, a pasos lentos se dirigió hasta la puerta abriéndola con suavidad para que no causará algún sonido estruendoso.

Una vez cumplido su objetivo la cerro detrás de si y ahora debía escabullirse hasta la cocina por un vaso de leche tibia, o dos, los que fueran necesarios para ayudarlo a dormir.

Con pasos rápidos emprendió su camino entre la oscuridad, no le gustaba dejar luces encendidas debido a que ante cualquier anomalía sus vecinos solían inventar chismes.

Si, incluso se daban cuenta si encendia luces por la madrugada.

Pego un pequeño brinco cuando escucho una puerta cerrarse tras de él, era Fabián ¿que hacía aún despierto? Corrió a esconderse tras uno de los sillones y cubrió su boca cuando un chillido estuvo por salir de su boca al pegarse en el dedo pequeño en la esquina de un mueble.

Mierda, la suerte definitivamente no estaba de su lado.

Entre la oscuridad y con la ayuda de la ligera claridad que la luna llena le ofrecía, pudo identificar a Di María pasar con sigilo hacia la cocina, esperen.. ¿Se estaba robando una manzana? Desde su posición le costaba un poco ver con claridad a causa de que la isla que dividía el comedor de la cocina, pero estaba seguro de que Ángel estaba comiendo algo del frutero, joder, seguramente tenía hambre y por no molestarlo decido recurrir a métodos pocos ilícitos, pero recordando el hecho de que le dijo que se encontraba en su casa, seguramente se lo había tomado demasiado enserio.

Esta vez aumento la presión de la mano sobre su boca para evitar soltar una carcajada, y asustar al gracioso ladrón.

Al cabo de un par de minutos Fabián desapareció entre la oscuridad y él espero otro par más hasta escuchar la puerta de la habitación ser cerrada.

Y finalmente soltó un suspiro de alivio.

Ahora debía ir a por esa leche en el refrigerador.

















































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Como andan? C:

Estimatofilia //Modria Where stories live. Discover now