Quiso llorar cuando vio al hombre vomitar encima de su "tronco".

El hombre se sintió más revuelto al ver la "caca" de Lily en el fondo del váter y tuvo que sacar la cabeza del váter para vomitar en el piso.

Lily pensó que se moría en ese momento, cuando el vómito tibio se le metió entre los dedos de los pies y sintió su textura esponjosa y, aunque luchó por contenerse, explotó encima de él.

—Señor Rossi... —sollozó con el vómito regresándole por la garganta y, mientras el hombre seguía devolviéndolo todo, ella se unió a él.

Vomitaron juntos metiendo la cabeza en la bañera.

Estuvieron un largo rato así.

De reojo se miraban y trataban de darse aliento.

Cuando Lily notó que él estaba más afectado, de seguro por la gran resaca que tenía, puso su mano en su espalda y le dio palmaditas para consolarlo.

Lily se recuperó primero y se armó de valor para limpiar todo. Rossi se quedó tirado en el piso, lacio y sintiéndose más humillado que nunca.

Lily bajó la cadena del váter y abrió el grifo de agua de la bañera para que el vómito se fuera rápido.

Se asearon como pudieron, sin decir nada.

Tenían tanta vergüenza por los hechos que, apenas pudieron mirarse a las caras. Lily lo evadió en todo momento; solo podía pensar en los troncos que dejaba salir cada mañana y los que él había visto en primera plana.

—Tome una ducha, yo le conseguiré un poco de ropa limpia —le dijo ella desde la puerta, pero sin poder mirarlo.

Christopher se limitó a asentir y esperó a que la jovencita cerrara la puerta para derrumbarse en su soledad, miedos y problemas.

Lily corrió a usar el baño privado de su padre y se vistió. Cuando terminó de alistarse, tomó un poco de ropa limpia de su padre y se la llevó a su jefe.

Exjefe.

De seguro iba a despedirla.

Se quedó en la puerta largo rato, esperando a que terminara. Su hermana Romy caminó a su lado un par de veces.

—¿Qué estás esperando? —preguntó Romy y la miró desafiante.

—A que esté listo —susurró Lily, entristecida.

—¿Y por qué estás así? ¿Qué paso? —insistió Romy.

No era normal para ella ver a Lily actuar así. Lily era la fuerte de las tres. La que mantenía a su familia en pie y unida desde que su madre se había marchado.

A Lily se le humedecieron los ojos y con las mejillas enrojecidas le dijo:

—Vio mi caca.

—¿Quién? ¿Tu caca? —Romy se mostró confundida y sacudió la cabeza.

—Él... —Miró la puerta con vergüenza.

Romy miró la puerta también y, no obstante, lo entendió todo, tuvo que preguntar:

—¿Señor polla dulce? —Romy abrió grandes ojos.

—Y era enorme —suspiró Lily, afligida.

Romy apretó los labios para no reírse. Lily fingió un llanto y se cubrió el rostro con las dos manos.

—Bueno, ya sabes lo que dicen —le dijo Romy para consolarla. Su hermana la miró con ilusión y aguardó a que dijera algo lindo, motivante—: Si salen de ese tamaño, es porque...

Suya por contratoحيث تعيش القصص. اكتشف الآن