Mi última oportunidad

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Cordialmente invito a los lectores de Querido mío a pasarse a mi nueva fanfic: Mi última oportunidad. 

Les dejo un fragmento, y espero poder verlos en la nueva historia. 


Desde la pista pude ver el enfado y la decepción en el semblante de Tom, mientras intentaba ignorar los abucheos de un público difícil

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Desde la pista pude ver el enfado y la decepción en el semblante de Tom, mientras intentaba ignorar los abucheos de un público difícil. Habíamos pasado un año entero recorriendo ciudad tras ciudad, buscando un golpe de suerte, enviando su disco a disqueras y artistas. Pero nuestros esfuerzos fueron en vano. Tom no parecía llamar la atención, por muy buenas que fueran sus letras.

Al verlo saltar del escenario no demoré en ir tras él, gritando su nombre para intentar llamar su atención.

El frío invierno de Berlín nos dio la bienvenida en cuanto abandonamos el bar. Tom estaba tenso, furioso, pero podía verlo más deprimido que en ocasiones anteriores. Podía adivinar la razón. Tom estaba perdiendo las esperanzas, y a este punto yo también. Pese a todo traté de sonreír, aparentando que esta situación no me afectaba en lo absoluto.

– Oye, no te enfades. No están acostumbrados a la buena música. –Palmee su hombro con suavidad, y mis ojos rápidamente buscaron su rostro. – Así es esto Tom, ningún artista consigue el éxito a la primera.

– Un año. – Murmuró enfadado, respirando agitadamente. Iba a llorar.

– Oye, no pasa nada. Estoy segura de que podremos lograrlo. Eres un gran letrista y...

– Tú lo dijiste; soy letrista, compositor... No cantante.

–Bueno, tal vez el genero no es el correcto. Podríamos intentarlo con una guitarra, un bajo y una batería. – Intenté sonar motivada, pero el semblante triste de Tom me impedía mantener una buena cara. Sabía lo que pasaba por su cabeza en este momento; las estúpidas palabras de su padre. – Mira, podemos intentarlo en el concurso de talentos, y también podríamos buscar a un cantante, alguien perfecto para tus letras...

– Voy a dejarlo.

Me quedé helada al escuchar sus palabras. Tom no podría hablar enserio, no cuando sus letras eran jodidamente buenas.

– Sé que en este momento no estás muy seguro de ti mismo, pero si lo intentas una vez más...

– ¡Dije que no! Cielos Vicky, ¿Tan jodidamente difícil es que entiendas que estoy hasta la mierda de esto?

Tom no es el tipo de persona que explota tan fácil. El suele ser el más paciente y tolerante de los dos, quien busca una resolución. Verle explotar me jodió, especialmente porque sabía lo mucho que significaba la música para él.

– Oye, vamos. Una puerta más, ¿Qué importa? Estamos aquí, y pasado mañana es el concurso de talentos. Conseguí hacerte un espacio, y si nos coordinamos bien...

– ¡He dicho que no! Estoy harto de esto, Vick. No quiero seguir durmiendo en el subterráneo, comer cualquier mierda que podamos pagar con lo que nos dan en la calle. Victoria, esto no esta funcionando. No puedo seguir exponiéndote de esta forma, no por un sueño imbécil sin futuro. – Ojos cristalinos, respiración entre cortada, voz grave... solo una vez lo vi de esta forma, y fue en el punto mas bajo de su vida, cuando Bill se fue de casa después de que su padre lo echara tras descubrirlo besándose con otro chico. Tom no había hecho nada al respecto, por lo que no había día en el que no se sintiera culpable por ello. – Intentaron violarte Vick. No puedo dejar que esa mierda se repita.

– Pero estoy bien Tom, nada malo pasó porque tu estabas ahí.

– ¡¿Y si no lo estuviera?! ¡¿Y si la próxima vez es una droga en tu trago y yo no me doy cuenta por estar en un puto escenario?! – Tom se rompe, y yo le miro como idiota. – Yo... no soy lo suficientemente bueno. No tengo voz.

– Pero tienes talento para las letras. Ningún artista escribe como tu lo haces.

– Pero la voz lo es todo, y yo no tengo voz. Quien la tenía era Bill...

– Tom...

Mis palabras se ven frenadas en cuanto veo sus primeras lágrimas. Sin pensármelo me acerco y lo abrazo, acariciando su nuca mientras lo escucho sollozar en mi hombro.

– Bill debería estar aquí. Debería ser quien cante mis canciones. Oh mierda, ¿Qué le hice a Bill? ¿Cómo pude ser tan hijo de puta con él? Es mi hermanito, y no pude protegerlo... 

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Querido Mío- Tokio hotel -Primera parteUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum