«— P-papá yo… Es que…

— ¿¡Tiraste mis botellas sin decirme!? ¿¡Cómo pudiste!? ¡Es lo único que me hace feliz en esta puta casa y tú solo las tiras!»

Le gritó.

— ¿¡Cómo mierda pudiste hacer una tontería como esa!? ¿¡Tienes idea de cuántos lazos tenemos con esa estúpida clínica!? ¿¡Lo sabes!?

El rubio puso su mano rápidamente sobre su cachete, y sus ojos rápidamente se humedecieron, empezó a temblar a consecuencia de los gritos ajenos y negó repetidas veces diciendo un «Lo siento» por cada paso en retroceso que daba.

«— ¿"Lo siento"?, ¿Vas a llorar? ¡Anda, hazlo! Eres un marica lamebotas que solo sirve para abrir las piernas»

— ¿"Lo siento"?, ¿¡"Lo siento!?, ¿¡Por qué no le dices al gato que lo sientes Kyojuro!? — dijo, señalando la bolsa color negro que estaba en el borde del cesto de basura cerca de la cocina. Akaza había llegado de la reunión, y apenas entró se encontró con la asquerosa escena de un gato muerto con el cuello roto acostado en el sofá con un suéter arriba como si tuviera frío.

El cuello estaba casi salido de la piel, y parte de la espina dorsal sobresalía de entre la carne. Sus garras estaban llenas de la sangre de Kyojuro, el cuál tenía la cara, el cuello y los brazos con arañazos profundos y abiertos.

Cuando lo vio, tuvo que meterlo a una bolsa de basura antes de que Yushiro llegará por el gato.

Y es que Yushiro tenía razón, Kyojuro sí era un enfermo.

«— Eres un puta carga. Tú y tu hermano son unas putas cargas. Debí mandarlos a un orfanato en cuanto Ruka murió»

— Debí dejar que te internaran. Eres una maldita carga. — le dijo, sin siquiera querer mirarlo. — Y saca esa cosa de la casa.

Apenas acabó de hablar, Akaza soltó un enorme suspiro y se dirigió a la cocina. Sus manos estaban temblando de una manera descomunal y sentía su vista empezar a hacerse borrosa. No era la primera vez que pasaba, como paciente de ataques de ira era algo que ocurría con el mínimo impulso de enojo, pero ahora no sabía qué era lo que sentía. Rebuscó entre todos los medicamentos de la alacena —en dónde predominaban las píldoras de Kyojuro— y cuando encontró las suyas las abrió con tanta desesperación que la tapa se rompió. La dejó caer al suelo y aún con sus manos temblorosas acostó el pequeño bote con la mitad de pastillas. Ni siquiera podía controlar sus manos, le costaba tanto mantenerlas derechas que varias cápsulas cayeron al suelo en su intento de tomar solo dos. Desesperado, se hecho a la boca todas las cápsulas que su palma pudo retener, no sabe cuántas tomo, y tampoco le importaba. Solo quería sentirse tranquilo por al menos un segundos. Una vez en su boca, tomó el primer vaso de agua que vio y se llevó a los labios tomando. El agua escurrió de su boca al suelo y a su camisa, mojandola.

Tampoco le importó.

No fue hasta que acabo de beber que dejó caer el vaso el cuál se rompió en el suelo que finalmente se sintió seguro. Desvió la mirada al suelo mirando todos los botes de medicamentos tirados en su intento de buscar el suyo; soltó un suspiro mientras pasaba sus dedos por las hebras de sus cabellos y gruñó. Se agachó para agarrar lo que había tirado, y cuando acomodo todo en su lugar, salió de la cocina.

Kyojuro ya no estaba en la sala, y la bolsa negra con el cadáver del gato tampoco. Supuso que le había hecho caso y habría ido a tirarlo a algún lado.

Caminó por la sala hasta llegar a las escaleras. Todo en silencio, como estaba acostumbrado. Antes de subirlas y encerrarse a su habitación, se percató que la puerta del baño de abajo estaba abierta con la luz encendida. Fue extraño, las puertas jamás se quedaban abiertas; entonces se acercó y se asomó; encontrando de nuevo, otra escena desagradable.

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⏰ Last updated: Aug 31 ⏰

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"THE MURDER OF ME." |⚠ +18| Omegaverse.Where stories live. Discover now