Capítulo 4. Pastelito

128 20 15
                                    

Capítulo 4. Pastelito

Nino:

Esto debe ser la locura más grande que he hecho en mi vida, es decir, ¿Con que frecuencia le pides a un Fork que sea tu compañero de besos?, ah, de verdad estoy demente al haberle pedido eso.

No, es un intercambio profesional de habilidades para ayudarlo a terminar más rápido nuestro trabajo, no tengo porque arrepentirme a último momento, y menos cuando estoy a punto de verle pronto de nuevo.

—¿Cómo te fue ayer con Marshall?, ya no me dijiste nada en casa.

—Fue... normal, es un chico encantador, te agradaría si lo conocieras.

—Ya lo creo, mira nada más la sonrisa que acabas de poner cuando lo acabas de mencionar.

—¿En serio? —sobo mi nuca y cuando lo hago creo que mi sonrisa se ensancha—. No lo había notado —incluso rio alegre en cuanto pienso en la sonrisa de Marshall. Mi amigo me arquea una ceja con diversión.

—Pues velo notando, parece que te cayó de maravilla —asiento lento y mi amigo ríe—. Por cierto, ya que hablamos de personas... tu madre me habló esta vez a mí —la sonrisa pasa de ensancharse a ser una temblorosa... de nuevo el tema de mis padres sigue siendo sensible.

—Siguen insistiendo en que vaya a casa, ¿Cierto? —Stefan aprieta sus labios y asiente. Me dejo caer sobre la mesa de mi butaca y respiro un poco cansado de la misma propuesta.

Sé que ya han pasado unos meses desde que inicié la universidad junto a Stefan pero aun así el estar separado de mis padres me ha dado el tiempo para reflexionar sobre lo mal que los traté cuando estaba con Jackson. Y es por eso que siento que no puedo verles la cara, a pesar de que me dijeron que todo estaba bien entre nosotros, y sé que sólo quieren verme para saber que yo estoy bien, pero...

No sé por qué no puedo.

—Por favor diles que iré cuando tenga tiempo.

—Pero tienes el tiempo.

—Lo sé, lo sé pero, bueno tú sabes...

—Sabes que ese maldito ya no puede hacerte ni decirte nada, ¿Verdad? —asiento—. Entonces, ya deja ese maldito miedo, terminaste con él hace meses, así que no dejes que te siga afectando, ¿Me lo prometes? —me extiende su dedo meñique para que lo tome e inesperadamente pienso en Marshall y la forma en que él también lo hizo ayer.

—Vale, lo haré —tomo su meñique con el mío y arrugo mis cejas cuando me extiende un pastelillo—. ¿Y esto para qué?

—Para que lo comas, no creas que no me doy cuenta que otra vez estás haciendo dieta.

—Pero es que los pastelillos... las calorías...

—Es sólo uno, así que cómelo, hazlo por mí, ¿Si? —hace ojitos a propósito y como sabe que no puedo decirle que no, lo tomo.

—Tú solo haces que suba de peso.

—Mira que te hace falta, extraño a veces esas mejillas regordetas que tenías en prepa —inflo mis mejillas y él aprovecha para pellizcarlas. Solía hacer eso cuando recién nos habíamos conocido, hasta ahora recuerdo que era lindo que lo hiciera.

—Pues yo no, ahora al menos se puede notar que tengo cachetes normales —mi amigo rueda sus ojos y me da un golpecito en la frente—. ¿Y eso por qué?

—Porque no quiero que desprecies a tú yo de antes, eras lindo y cualquiera podía verlo, a veces no sé, siento que cambiaste demasiado por culpa de una relación que no valía la pena.

Dulce como el pastel [BL - Cakeverse] © (Resubiendo) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora