Vestidos y travesuras, Lucerys

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Uno pensaría que Aegon se quedaría a resolver el asunto y encargarse en ese instante que aún había tiempo, pero la verdad no fue así.

Luego de tener un sexo furioso con su esposa, se fue al día siguiente. Fue la primera vez que Aenys sintió decepción de su padre.

Para Maegor, fue molesto, había superado el hecho que padre que no los quisiera a ellos tanto como a Aenys, pero Viserys no estaba acostumbrado a esos tratos y aunque su hermano fingiera, Maegor vio el dolor en sus preciosos ojos, su padre corrió con suerte, si Maegor fuera más osado y menos sabio lo hubiese matado por la noche cuando lo vio pasar camino a los aposentos de su preciada madre.

Lucerys se sintió golpeado, en su vida anterior tuvo tres padres y todos le amaron con mayor fuerza que al otro, por un instante le pareció ver ese cariño característico de Laenor en la mirada de Aegon, pero a la mañana siguiente sólo confirmó que efectivamente, Aegon era un mal esposo y padre.

Viserys es pequeño y su mente entiende quien es y qué pasa, como la mente de un niño de seis años puede, pero si heredo algo de su bella madre Visenya, es el salirse con la suya.

—Aenys, Maegor — les llamó en medio de sus juegos con barcos en una fuente que había, tenia la atención de ambos alfas de inmediato — si me caso con alguno, no me traten como padre a madre, por que moriré en vida — hablo tan claro que por un instante parecía mayor.

El ceño de Maegor se frunció en amargura y Aenys agachó la mirada avergonzado, con mejillas rojas y respiración algo alta.

—Jamás vivirás algo así, me cortaría mi garganta ante el mínimo molestar que te cause — declaró Maegor aquel dia.

—Yo nunca podría hermano— fue todo lo que un avergonzado Aenys pudo decir.

Pasó un año más y Viserys seguía floreciendo, Debió de empezar un entrenamiento de espadas y Visenya casi se lo da, de no ser por que él omega rogó por no tenerlo — casarme con mi Maegor, no problema madre" como lo dijo frente a su hermano, este triplicó sus horas de entrenamiento, dedicando todo ese tiempo a mejorar para poder cuidar a Viserys.

Casarse con Viserys.

Llego un día, que madre tenía algunos vestidos exportados de Essos, si algo tenían las mujeres Targaryen era el buen gusto y la vanidez que sólo su belleza podría traer, Visenya solía portar armadura la mayoría del tiempo, pero incluso eso, era prueba de lo presentable que era, nunca repetía armadura.

Pero Viserys había visto un vestido azul turquesa, tan parecido a los vestidos que la buena hermana Rhaenys usaba en su antigua vida, al igual que Baela y todas las mujeres Velaryon que conoció.

La nostalgia le dio de golpe y tomó el vestido cuando madre estaba atendiendo asuntos urgentes, como el buen omega que era, aprovechó la oportunidad para llevarse a Maegor a cuidarle las espaldas y a Aenys vigilando que madre no estuviera cerca.

Su hermano mayor tenía su espada de madera en mano, nadie se atrevería a reírse de ello, Maegor ya le había sacado el ojo a un sirviente con dicha espada en un ataque de cólera, al notar la mirada de este sobre Viserys, Visenya mantuvo el escándalo entre las paredes de Dragonstone, ni Aenys sabía de tal incidente.

Lucerys tomó el vestido con rapidez y como la bola unida que siempre eran se fueron a las habitaciones dé Viserys juntos.

Aenys era un buen chico, un buen príncipe y era noble (y un poco cobarde) de los tres, un dolor le había dado en el pecho cuando Viserys dijo querer el vestido para algo, pero se lo pedía su hermano y por él se hubiera enfrentado al mismo Balerion.

Maegor estaba con su pecho hinchado, orgullo que su hermano pensara en él para cuidarlo de cualquier peligro, estaba creciendo con rapidez y físicamente cerca de pasar a Aenys en estatura, pues en musculatura le había pasado hace mucho tiempo.

Lucerys se puso el vestido en sus habitaciones con ambos hermanos esperando ver el resultado, el vestido si le quedaba de el torso, sin embargo las mangas llegaban al suelo y el resto de la falda también y el escote llegaba hasta su pancita por que Lucerys seguía comiendo sin restricciones.

Decide a no mostrarle a sus hermanos el vestido con bastante pena, pero sus pensamientos no avanzan cuando escucha una discusión.

—...pequeños ladronzuelos, ¿Quien tomó el vestido de las primas Velaryon? ...

Al escuchar la voz de su madre, Viserys se esconde mejor atento a la situación.

fu-fui yo- fui yo reina — para sorpresa de todos, Aenys fue quien se hecho la culpa.

—¿Tú? ¿Aenys estás seguro que lo hiciste? — la duda en la voz de la reina era muy palpable.

Yo cuidaba la puerta, madre, Aenys quería jugar una broma y pensé que era buena — Maegor ayudo a su hermano en la mentira.

¿Ah, sí? — Visenya sin embargo no se dejaba engañar por ninguno — ¿Por que entonces, alguno de ustedes quiso hacerle una broma a sus primas lejanas que no han visto más de una vez?

—Por que es divertido...— contesta Aenys con más firmeza pero aún se escucha la flaqueza en su tierna voz.

¿Y Viserys donde está?

Ninguno contestó esta vez, Lucerys estuvo a punto de salir para asegurar que sus hermanos no sufrieran castigo, pero ellos no dejarían que él saliera afectado de esta travesura.

No te dire, un alfa jamás deshonra a su omega — Maegor contesto con determinación — Si quieres buscar a mi hermano, está en sus vestidores, cambiando su ropa no entres por que sólo lo avergonzarás.

Visenya era mucho más astuta para dejarse ir por los niños,  sabe más o menos por dónde va la situación.

Pero ella también sabe lo que hace y lo que los niños hacen, tal vez esté mal, pero le causa mucha satisfacción esta situación.

Bien pequeños mentirosos, a dar vuelta por el castillo, trotando, ese será su castigo.

Lucerys devolvió el vestido mientras ellos daban la vuelta.

—Dulce niño de primavera — sin embargo su madre lo encontró con las manos en la masa — astuto como tu madre, pero deberás forjar el carácter de Aenys y suavizar el de Maegor para tener un buen resultado.

Media luna después, Lucerys se encontró con un vestido hecho a su medida, una réplica del vestido robado anteriormente, regalo personal de su madre por su astucia.

Dioses crueles -Lucerys-Onde as histórias ganham vida. Descobre agora