Catarsis - Yoonmin Omegaverse

Capitulo uno

A Jimin le encantaba sentirse amado, sobre todo porque desde muy pequeño fue un niño que necesito amor, incluso ahora, que ya no es un niño, le hacia mucha falta. 

Era cuidadoso cuando elegía sus amistades, casi no se relacionaba con nadie, aveces sentía que las relaciones sociales se le dificultaban mucho, pero realmente no era su culpa, es solo que desde que su familia descubrió el problema con su olfato se encasillaron en la idea de que el omega iba a ser un lobo inservible, conseguir trabajo sería una constante disputa en su vida; ser un omega mantenido tampoco será una opción, siendo Jimin alguien bastante difícil de amar, incapaz de encontrar el amor en un mundo guiado por los aromas. Fue imposible no preocuparse por el futuro del omega, un omega sin marca y sin olfato vagando por el mundo significaba para sus padres estar en constantes peligros.

El omega lloraba la mayoría del tiempo, sin olfato no era capaz de percibir bien siquiera el sabor de la comida, se le hacía tan difícil distinguir entre alfa y omega, su lobo si es que alguna vez podría llegar a ser papá, no podría distinguir a sus cachorros. Aunque Jimin de todos modos no entendía la importancia de las feromonas y no entendía cuando alguien llamaba a un aroma "Atractivo". Por unos años él también creyó que su destino era obvio, pero fue cuando terminó la secundaria, descubrió a su primer amor, así que lo abrazo, abrazó la danza y la volvió un grito de guerra, se aferró a la idea de que algun dia llegaria a grandes escenarios y con su baile se adueñara de los corazones de miles de personas. 

No hacía falta su olfato cuando era la música que lo guiaba y sacaba lo mejor de él.

Quería ser amado por todo el mundo y si aquello era bastante egoísta, entonces esperaba ser amado por la mayoría del mundo. Eran esas ganas de ser amado y deseado que a veces lo empujaban a tomar decisiones un poco confusas para la mayoría.

—No tienes vergüenza —. Jin le reclama.

Aunque este no tiene tiempo para verle la cara a Jimin, pues está revolviendo algo en su estufa, mientras trata de seguir una receta de ñoquis de plátanos dulces.

—¿Qué es eso? —. Jimin pregunta de una manera retórica, obviamente se burla descaradamente.

—No puedes ir por ahí acostándote con alfas al azar, podrías tener una enfermedad de transmisión sexual o peor una marca no deseada. —. Jin deja claro su punto al mismo tiempo que prueba la salsa blanca que estuvo cocinando.

—No es justo que me digas TÚ eso —. Jimin se quejo haciendo énfasis en la palabra "Tú".

Esto captó la atención de su mayor, quien dejo todo de lado y giro sobre sus talones y alzó una ceja hacia el omega, como si no pudiera creer que el chico estuviera usando sus palabras en su contra.

—Eso es diferente —.Jin dejó claro —. Nam y yo somos destinados, es algo que debía de pasar de una forma u otra.

—Tal vez ese alfa y yo somos destinados —.Bufo el omega —. Sabes que no entiendo eso, para mi todo es igual, alfas, omegas; destinados o no destinados. Todo termina igual.

Jin tuvo que respirar profundo para no decirle a aquel omega rebelde varias cosas, pues al final se terminarían enojando y sería un acontecimiento bastante innecesario. Jin deseaba que su amigo disfrutará la magia de los aromas, que se enamorara y que se enamoraran de él también. Pero lamentablemente no tenía el control del universo. Jimin apoya su mejilla en su palma ante el silencio que se forma luego de sus palabras directas. Sabía que Jin no diría nada, era un alfa testarudo y si el ánimo se le ponía de malas, así mismo sería el sabor de su comida. Por el bien de su estómago y continuar preservando su amistad, debía decir algo rápido.

—Solo digo que para mi importa cada momento, comparalo como un nuevo aroma que llega a tus fosas nasales —. Trata de explicar el omega —. No me arrepiento de lo que paso, por ello se que no dejará de ocurrir cada que tenga la oportunidad.

El Omega es sincero. Jin lo entiende y a pesar de que sigue sin estar de acuerdo con que el omega tenga encuentros casuales cada que tiene la oportunidad.

–Solo no termines como aquella vez Jimin, no soportaría verte como aquella vez.

El simple hecho de que el alfa lo mencione, hace que la boca de Jimin se sienta amarga al recordar dicho acontecimiento. Quiere olvidarse de aquello, porque no sólo le causa dolor, también le causaba tanta pena por sí mismo y asco por la persona que se involucra.

— Aplique para las audiciones globales en la televisión —. Jimin trata de cambiar el tema muy drásticamente —. Me aceptaron.

Lo logra.

— ¡¿Qué?! —. Grito Jin la pregunta.

Rápidamente el alfa apaga el fuego y se deshace de su mantel solo para prácticamente abalanzarse sobre Jimin. Quien le recibe con una gran sonrisa en sus labios. Había sido dar un gran paso para el omega y no solo eso, debió hacer uso de toda su fuerza de voluntad. Pues aquella competencia era tan popular por pertenecer a las grandes ligas.

—No te emociones tanto, aun me quedan rondas por ganar —. Jimin trata de decir entre el fuerte abrazo de su amigo —. ¡Me estás dejando sin aliento!

—¿Es que no te das cuenta de la gran noticia? Solo necesitas ser aceptado, lo demás lo tienes ganado —. El alfa casi pega brincos.

Jimin solía practicar hasta altas horas de la noche, incluso si no le quedaba energía en el cuerpo.

—¿Qué celebramos con tanto entusiasmo? —. Una tercera voz se presenta en la cocina.

Tanto Jimin como Jin fueron ajenos al sonido de la puerta y debido a la emoción no notaron que el omega de Jin, Nam Joon, estaba presente.

—¡Jimin entró a las competencias globales!

Aunque Nam Joon temió que el grito emocionado de sus esposo despertara a los niños,  pero la felicidad fue aún más grande, la cocina se llenó de acalorados abrazos y palabras de apoyo. En secreto Jimin sentía cierto cariño paternal por parte de sus amigos y eso lo hacía sentirse profundamente feliz. 

Conozcamos un poco a los personajes, 
¿A que temen?
¿Que aman? 
¿Quienes finjen ser ? 
¿Quienes son en realidad?

¡Gracias por llegar hasta aquí!