1: Muerte

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Huh...- Froté con mi mano mi cabeza levemente, al haberme caido me dolía bastante. Me levanté de aquel mojado suelo y miré todo muy extrañada...No recordaba ese lugar en absoluto y era MUY extraño. De la nada comenzé a sentir como algo me agarraba los pies e intenté alejarme, pero todo fue en vano. Del piso salieron unos brotes que comenzaron a subir por todo mi pequeño cuerpo y enrredaban con fuerza todas mis extremidades...Me sentía adolorida, pues no es para nada lindo tener brotes por todo el cuerpo. Aquellos brotes comenzaron a hacer presión hacia abajo llevandome abajo de la tierra y succionando mi cuerpo completo con una fuerza indescriptible...

Solo cerré los ojos con fuerza...Sin saber que nunca más los volvería a abrir en aquel cuerpo...

Finalmente yo estaba muerta...

Desperté entre las flores y las hojas de las plantas, respirando el fresco aire que me pegaba directo en la cara. Toqué esta, logré sentir como ciertas partes de mi cuerpo cambiaban de a poco, mi piel ya no era de ese color claro, si no que ahora era de un color rosa, o algo por el estilo. Mi piel se volvía más rosada con cada segundo que pasaba.

¿Qué es lo que me pasa?-Pregunté para mi misma- ¿Por qué me siento así?..

Como comentaba antes, cuando los cuerpos mueren, los ángeles deben llevarselos a otro lugar, así que para mi mala suerte...

¡Hey chicos, miren, un cuerpo!- gritó con un poco de enojo y rencor la voz de un joven ángel.

¿Q-qué?- lo miré fijo mientras que detras de él aparecian más y más ángeles.

¡Estás viva!- él se acercó a mi y comenzó a examinarme de pies a cabeza.

Claro que lo estoy, chico.-Hablé extrañada.

Igual debo llevarte...-Me miró con una cara de desepción.

¿Ah, sí? ¿Y a dónde me llevarás?- Lo miré desafiante.

-Eso no te importa, ahora ven aquí.-

¡No, no lo haré!- Comenzé a correr intentando escapar de aquel ángel.

Hmmm...- Él solo me miró con odio.- ¡Bien! Entonces si no quieres venir me tocará irme...

Solo lo ignoré y me fuí de aquel lugar en el que estabamos.

Mientras caminaba examinaba cada milímetro de cada parte de ese bosque, era hermoso. Podía sentir como mi cuerpo conectaba con todo...Se podría decir que me sentía feliz al fin.

A pesar de haber muerto, creo que me siento mejor así, en este nuevo cuerpo. En conclusión, me alegra mi muerte.
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