─quackity, ¿estas enojado?
─ no.─ frunció el ceño, rodó
los ojos.
♡
─ hola, bombón.─ sonrió.
─ hola, luzu bebé.─ sonríe,
se sonroja, muere de amor.
──────────────────
── donde quackity es el
𝗽𝗿𝗲𝘀𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗲 de la clase
y algo gruñón, luzu e...
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Luzu no era una bendición sólo en la vida de los tres mejores amigos de su novio.
Para nada.
La madre de Quackity sabía perfectamente que su hijo tenía un carácter de los mil demonios y que parecía ser que sólo Luzu sabía manejarlo y tratarlo, comprendiendolo y aceptandolo al punto de ser poco creíble como una persona tan dulce y amable como Luzu estaría con un ser tan cruel como ElQuackity, si, su mismo hijo.
Por eso, cuando por milésima vez intentó convencer a su hijo mayor de que se quedará a cenar con su padre que vendría de Busan a visitar y este se negó no tuvo otra alternativa.
─Te pregunto por última vez, ¿Te quedarás a cenar?─pregunto apoyada en el marco de la puerta.
Quackity continuó mirándose en el espejo mientras quitaba la mascarilla que se había puesto hace 20 minutos.
─Nop─respondió sin mirarla.
Suspiro golpeteando sus zapatos en el piso varias veces.
─¿Y a donde iras? Porque supongo que no te quedarás.
Se encogió de hombros.
─A casa de Luzu, a la casa de los chicos, debajo de un puente, a sentarme en el parque mientras pasa un tornado...─finalmente terminó con la mascarilla y la miro.─Donde sea lejos de ese hombre.
Staxx miro a su hijo suspirando.
Entendía que el chico no se llevará bien con su padre, este la había engañado y abandonado en una ciudad desconocida, embarazada, cuando Quackity apenas tenía 9 años, pero el niño nunca había olvidado esa sensación de abandono, así que cuando el hombre volvió redimido queriendo reparar su relación con su hijo no hizo más que mandarlo a la mierda. De eso habían pasado cinco años y Quackity no lo había vuelto a ver.
Ella lo había perdonado. O más bien soportaba su presencia por su pequeño hijo que se emocionaba por verlo siempre y el hombre ya la tenía desesperada diciendo que quería ver a Quackity. Quería salir de el y sus ruegos.
─Bien.
Suspiro nuevamente saliendo de la habitación y dirigiéndose a la suya rápidamente. Sacó su celular y entro a su baño privado para poder hablar con su querido yerno.
"¿A cenar con su papá?"
La voz de Luzu no se había escuchado para nada feliz con esa petición.
