iv. Are You Satisfied?

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—Puede que sea viejo, chicas —se rió, mirando entre Sarah y Blair—, pero no soy tonto.

—¿Fueron a una fiesta sin mí? —Wheezie se quedó boquiabierta y Blair casi creyó que estaba ofendida de verdad. Si no tuviera trece años y sed de redes sociales, entonces tal vez encontraría consuelo en esas cosas—. ¡Totalmente injusto!

Rose se rió casi con nerviosismo y deslizó una crepe de la pila hacia el plato de Blair. La chica le sonrió agradecida, aunque no le agradaba particularmente—. ¿Qué tal si nos alejamos de la conversación sobre la fiesta, de acuerdo? —Les dijo a las chicas y colocó el plato de vuelta en el centro de la mesa.

—Con mucho gusto —murmuró Blair en el borde de su vaso.

—Así que, eh, ¿está todo arreglado para Midsummers? —Sarah preguntó y sirvió un poco de ensalada de frutas en su plato. Puso los duraznos en el plato de Blair y la anterior nombrada quitó los arándanos del suyo y los colocó en el de su hermana. La verdad era que ambas dejaron de odiar las frutas, pero intercambiarlas era un hábito del que no podían deshacerse.

—Solo quedan un par de retoques —Ward asintió y se sirvió un vaso de jugo frío—. Irás con Topper, ¿verdad? ¿Y Blair, con Sage?

—En realidad, estaba pensando en ir sola —Blair se reclinó en su asiento y se encogió de hombros. En su plato había un tallo de cereza atado con lápiz labial brillante en el borde—. Sage no es lo mío últimamente —le lanzó una mirada a Sarah, quien sabía muy bien por qué.

Wheezie se incorporó en su asiento con entusiasmo—. Oh, ¿puedes ir conmigo? ¡Podemos ir juntas! —Tamborileó sobre la mesa.

—¡Claro que sí! —Blair exclamó y envolvió sus brazos alrededor de los hombros de Wheezie mientras saltaba de su asiento. La chica se rió como una niña pequeña (lo cual era, pero Blair a menudo lo olvidaba) y asintió con alegría—. ¿Oye, Sarah? —Llamó la chica, captando la atención de su hermana, por unos meses, mayor—. ¿Puedes tomar las llaves del SeaVee del Druthers? Necesito algo de mi habitación.

—Sí, claro —Sarah asintió y se inclinó hacia adelante en su asiento—. Están sobre la mesa, ¿verdad? ¿Adentro? —Ella preguntó. Blair asintió y se pasó una mano por el cabello.

—¿Adónde vas? —Preguntó Ward, entrecerrando los ojos por el sol mientras la miraba.

—Solo voy a dar una vuelta por el pantano. No he estado sola en mucho tiempo y necesito mi tiempo a solas —sonrió. ¿La verdad? Tenía el Post-It arrugado en su bolsillo y las coordenadas escritas en el GPS de su celular y estaba lista para averiguar a dónde diablos la llevaría—. ¿Eso está bien?

—Sí, por supuesto —asintió Ward y sonrió.

—Gracias —besó su mejilla y revolvió el cabello de Wheezie, a lo que gritó defensivamente y trató de empujarla, antes de desaparecer adentro con un vaso de jugo de naranja todavía en la mano.

Lo colocó en el fregadero y lo limpió con agua del grifo, luego se lavó las manos y se las secó con el trapo que colgaba sobre el mostrador. Blair alcanzó el estante más alto del gabinete de la esquina y sacó una caja de cereal que era demasiado liviana en su mano. Dentro había un paquete de Gauloises, sabía que Rafe se lo dejaba por la mañana porque siempre intercambiaban cosas en esa caja de cereales abandonada (cigarrillos, cartas, bocadillos que se escondían entre ellos cuando eran más jóvenes...).

          Blair lo metió en el bolsillo trasero de sus pantalones cortos de mezclilla claros, y un encendedor estaba metido en el otro. Ajustó su blusa sin mangas de seda rosa unida por la mitad con un anillo en forma de corazón. Su cabello estaba pegajoso en la nuca. Dios, el clima posterior al huracán siempre fue tan horrible. Tomó una botella de limonada rosa y jugueteó con ella mientras Sarah abría la puerta mosquitera y luego la cerraba detrás de ella.

Valley of the Dolls, JJ MaybankWo Geschichten leben. Entdecke jetzt