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| _______ MUÑOZ |

Tal como lo imaginaba, me tomo la fiebre al día siguiente. Si tan solo ese idiota me hubiera dejado calentarme un poco en el sol nada de esto estuviera sucediendo, yo no estuviera enferma y estuviera tomando clases con normalidad pero no, en su lugar estaba postrada en la cama, sintiéndome fatal y con la nariz tapada y eso era lo más horrible de la situación.

Antonia la de enfermería había venido más tarde a verme para seguido de eso llamar a mi tutor, que en ese caso deduce habría sido a Karla porque mi abuelo ni de broma tomaba una llamada que no fuera de su trabajo

Pase la hoja y seguí centrada en la lectura, tan centrada que no escuche cuando la puerta se abrió y fue poco después que me di cuenta que alguien más estaba en la habitación. Levante la vista 

—Se me hizo raro no verte en clases— dijo comenzando la conversación y tomar asiento en la silla a lado de mi

Mas no le respondí y lleve de nuevo mi vista a la lectura. De la mesa a mi lado tome un pañuelo y limpie mi nariz para botarlo a la basura, ignorando su presencia

—Uhm que maravillosa ley del hielo, mira que es más interesante que una conversación normal— exclamo irónicamente 

De nuevo no respondí

—Es imposible hablar contigo así— bramo reincorporándose de la silla y aventar algo a mi cama

Una flor al parecer, una que estaban cerca de la cancha. Era rosa pálido y había visto el pequeño rosal que estaba muy cerca de la cancha, desde el primer momento en que las vi me parecieron bellisimas y hubo un atisbo de emoción en mi interior cuando tome en cuenta que el la corto para mi y pensó en mi 

—Hablamos cuando se te pase el capricho— dijo para comenzar a caminar a la salida

—¿Pensabas que con una florecilla que cortaste de quien sabe donde se me iba a pasar el enojo?— brame mormada intentado ver que me daba igual que el hubiera cortado una flor especialmente para mi 

El detuvo el paso

¿Y si lo hacia con todas?

La idea me desanimo 

—Pues de haber sabido no le corto nada a señorita harvard— me sonrió irónicamente

—¡Por tu culpa estoy así!

—¡¿Por mi culpa?! 

—¡Si, por tu maldita arrogancia de sacarme de ahí y no dejar que me calentará un poco el sol!

—¡En ningún momento yo te mande a meterte allí!

Lo mire rabiosa 

—¡Puedes llevarte tu flor que con eso a mi no se me va a pasar el enojo!—tome la flor y se la lance, no se molesto en atraparla provocando que cayera al suelo

—¿Sabes que? Si me llevó mi florecilla que corte de quien sabe donde por que una caprichosa niña de papi no merece nada mío— la recogió fugazmente 

—¿Como me has llamado?— pregunte eufórica más el me ignoro y se dio la vuelta— ¡Aidan!— lo llame pero la garganta no me dio para otro grito y solo observe como caminaba a la salida

—Por cierto, te ves horrible enferma— me echo un ultimo vistazo antes de salir 

Yo por mi parte cerré el libro con fuerza y aunque sabría que me arrepentiría después, tome un cojín y sumergí mi cara en el para soltar un grito

En estos momentos se me hacia la persona más detestable en este mundo

¿Como se atrevía a decirme eso?

Nuestra Decisión [Aidan Gallagher]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora