Febrero (Parte uno)

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James Potter era una persona mucho más compleja de lo que parecía a simple vista.

Exteriormente, era feliz, seguro de sí mismo, usualmente amable (aunque un poco arrogante) y generalmente popular entre todos. Recibía muchas detenciones, sí, pero en general obtenía buenas notas, y la mayoría de los profesores todavía lo querían bastante. Había hecho que estar en el equipo de Quidditch fuera lo máximo, alborotando su cabello deliberadamente para que pareciera que acababa de terminar de volar, vistiendo su túnica roja en cada oportunidad. Pero nadie podía decir que no se había ganado el derecho, solo había que verlo jugar para saber que su cabezota no estaba fuera de lugar.

Sobre todo, James Potter era amado. Sus padres lo mimaron y le inculcaron la idea de que no había nada que no pudiera hacer; que nunca se le cerraría ninguna puerta. Sirius, Peter y Remus lo admiraban, nombrándolo líder en casi todas las misiones, y en general, era admirado en toda la escuela por todos los que importaban y envidiado por todos los demás.

Excepto Lily Evans, por supuesto. Ella era el hilo que parecía desenredar todo lo demás en la vida de James. Habiendo crecido rodeado de amor, dado libremente y aceptado descuidadamente, James encontraba muy preocupante que a alguien a quien le gustaba no le agradara. Era la razón por la que actuaba como un idiota cuando Lily estaba presente, y la razón por la que dejó de hablar con Remus durante una semana a principios de la primavera de 1975.

No estaba siendo desagradable, o lo estaba haciendo deliberadamente, Remus conocía a James lo suficientemente bien como para entender eso. Era solo que sus sentimientos habían sido heridos y, como alguien que rara vez había experimentado tener sus sentimientos heridos, no estaba seguro de cómo manejarlo. Al menos Sirius explotaba si lo hacías enojar, entonces era más rápido hacer las paces. Peter se enfurruñaría, y Remus probablemente intentaría lanzar un puñetazo. Pero James simplemente se quedó callado.

—No está enojado contigo — explicó Sirius, cuando James se fue a la cama una noche tan pronto como Remus llegó a la sala común. — Simplemente siente lástima de sí mismo.

— Él sí me cree, ¿no es así? — Remus preguntó, ansioso, — ¡Realmente no sabía que era una cita, no me gusta Lily de esa manera!

— Bueno... no creo que él piense que estás mintiendo, exactamente, pero... eres bastante cercano a Evans, ¿no? Siempre andan juntos.

— Ella es mi amiga. — Remus dijo, exasperado — Yo también estoy con Marlene y Mary, ¡Nadie cree que salgo con ellas!

— En realidad, — Sirius sonrió, — Hubo un rumor el último trimestre...

— ¡Oh por el amor de Dios!

Fue imposible.

En cuanto a Lily, estaba siendo verdaderamente madura en todo el asunto. Remus asumió que Marlene la había puesto al corriente de la situación, pero ella no presionó, y pudieron continuar como compañeros de Pociones como de costumbre. James y Sirius, sin embargo, habían movido su estación de trabajo al fondo de la habitación.

Para la hora de la cena del viernes, Remus se sentía realmente miserable. A diferencia de James, él no había crecido rodeado de amor, y descubrió que su amistad con los merodeadores se había vuelto tan importante que sufrió profundamente la pérdida de ella. Todavía se sentaba con ellos para las comidas, pero había un silencio incómodo en lugar de sus habituales bromas estridentes. Sirius seguía tratando de cambiar la conversación hacia el próximo partido entre Gryffindor y Slytherin, pero eso solo pareció oscurecer el estado de ánimo.

Para empeorar las cosas, Lily, Mary y Marlene se habían sentado cerca de Remus; sentían lástima por él y, siendo niñas, intentaban animarlo haciendo exactamente lo incorrecto.

All The Young Dudes (Libro 1)Where stories live. Discover now