|Capítulo 26: Ceremonias: Propuesta y Unión|

En başından başla
                                    

Durante el quinto amanecer de Karshe, Virav aprovechó un momento de descanso, después de finalizar la audiencia en el Consejo Supremo, para visitar la tumba de su amado mentor.

Caminó con paso acompasado y respetuoso hasta el Jardín de las Almas, el lugar sagrado donde enterraban los cuerpos de los muertos. Allí, se arrodilló frente a la haelistrun, sintiendo un nudo en la garganta mientras su mirada se posaba en el nombre grabado en la superficie fría.

Cerró los párpados e inhaló profundo.

Las lágrimas afloraron en sus ojos al abrirlo.

—La vida de un soldado es más difícil de lo que me dijo —susurró con voz entrecortada—. Ahora que he visto una mínima parte de lo que ellos hacen por nosotros, mi deseo de alcanzar la paz se ha vuelto más fuerte. Pude compartir mucho con mis compañeros de formación y con Aroha, ¿se acuerda de ella? —Soltó una suave risa—. Quiero unirme a ella. En este año de servicio, han pasado muchas cosas interesantes, incluso Kurenka ha conocido a una chica especial de la cual se ha enamorado.

»Lo extraño, señor Jeir. —El llanto de Virav se mezcló con el sutil sonido de su amarga risa.

"Virav".

Cuando una voz familiar resonó en el ambiente, él se sobresaltó. Su corazón latió desbocado al admirar, por encima de la haelistrun, la silueta contorneada de Ha puro de su amado mentor.

"Te estás convirtiendo en un gran hombre, vorel", pronunció Makai con cariño.

Virav extendió su mano temblorosa hacia el reflejo, atravesándolo con delicadeza. Una oleada de calidez lo envolvió, él estaba seguro de que esa sensación familiar y cálida que emanaba de la figura de Jeir era más real que nunca.

¿Cómo era posible que se le manifestara de esa forma?

Entonces, interrumpiendo sus reflexiones, consiguió oír la risa característica de su maestro.

Fue incapaz de retener las lágrimas.

En eso, le pareció sentir la mano de Makai limpiar sus mejillas, aunque era imposible. La esencia lo atravesaba. Entonces, Virav limpió el rastro salado y se colocó de pie.

"Estoy orgulloso de tus decisiones, Vir. Cuídate", pronunció con un tono afectuoso.

La silueta se giró hacia un costado, a punto de partir.

Desesperado, Virav suplicó con voz entrecortada:

—Espere, quédese un poco más. No se vaya.

El reflejo de Makai pareció detenerse, como si estuviera considerando las palabras de su alumno. Luego, con una calma y serenidad, se agachó frente al joven y llevó una mano hasta su pecho; traspasándolo.

"Siempre estaré a tu lado —susurró—. Aquí, en lo más profundo de tu corazón. No lo olvides: los lazos que creamos en vida no terminan con la muerte. Se propagan más allá".

Virav se tomó un momento para recuperarse.

Inhaló hondo, permitiendo que la calidez del Ha ajeno calmara su corazón agitado. Asintió en silencio. Sollozó cuando sintió que la esencia de Makai se desvanecía hasta desaparecer por completo.

Volvió su mirada hacia la haelistrun, donde sólo quedaba el grabado en su honor.

Cuando se sintió capaz de marcharse, hizo una reverencia respetuosa hacia la tumba y se alejó.

Cuando se sintió capaz de marcharse, hizo una reverencia respetuosa hacia la tumba y se alejó

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