𝙏𝙞𝙢𝙞𝙙𝙚𝙯

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Quite las sábanas de encima mio velozmente, amarre mi cabello con la liga que tenia de pulsera sin importar como quedara, solo para que no se viera mi cabellos deserrendado, solo para que no se viera tan feo y no le molestara a la señora Giselle

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Quite las sábanas de encima mio velozmente, amarre mi cabello con la liga que tenia de pulsera sin importar como quedara, solo para que no se viera mi cabellos deserrendado, solo para que no se viera tan feo y no le molestara a la señora Giselle.

Tres semanas transcurrieron, muy intensa pero nada innovador, ¿Por qué? Bueno la señoría Lennox, era muy intensa y lo es. Su trato es igual como con todas las familias que trabaje, aunque más estricta, violenta e engorrosa.

Baje las escaleras dirigiéndome a la cocina sin mirar para otros lados, comenzando a prepar el desayuno para toda la familia apresuradamente, corte rebanadas del pan, para seguidamente colocar dos rebanadas en los cuatro platos con mermelada en cada uno y una pequeña porción de proteína que había hecho. Acerque los platos con tres vasos de leche y otro con cafeína.

Me dirigí al cuarto de Giselle tocando la puerta y dándome el permiso de entrar.

--Señorita Lennox... el desayuno ya esta hecho- Mantuve la mirada un poco nerviosa--iré a despertar a sus hijos para que bajen- La mire otra vez nerviosa apunto de cerrar la puerta pero  esta me llamo.

--Quiero a los niños listos para esta tarde. Hoy será el día de campo en Avonlea, los quiero muy bien vestidos y a las niñas peinadas de acuerdo a sus vestidos. Por supuesto que no irás, pero por primera vez necesito que salgas y vayas con  Susan Sloane, ella te dará las vestimenta de mis hijos. Y de paso iras con Rachel Lynde y le entregaras un mandado. --soltó un suspiro.de estres-- Estaré, ocupada así que no prode yo.-- Guardo silencio, pero se que terminaría, pero solo, se acerco a mi y me tomo fuertemente de la mandíbula- quiero que solo vayas por lo que te digo, te comportas y no digas nada que no les incumbe, entendido?-

Solo asentí, su mirada penetrante y como me trataba me daba temor y no quería hacerla enojar.

--Toma, te quiero aquí rápido--Giselle me entendió una cantidad de dinero, la cual obvio es para las vestimentas de sus hijos  y una caja pequeña, pero era grande para mis manos--No quiero quejas de ti mocosa--

Salí de su casa dirigiéndome a la casa De los Sloane, ya me había indica por donde ir a si que según yo no me perdería.

Daba pasos grandes, no tenía condición física, así que dar esa cantidad de pasos hizo cansarme.

A lo lejos, presencie una casa blanca un poco grande, con rejillas de madera aldedro en un gran espacio,  sin perder tiempo corrí a ella.

Al acercarme a las rejillas que estaban cerradas, dude en yo abrirlas, Agradeci cuando un señor ya de edad, abria la puerta de la rejilla, viendome ahí, asi que dejo la puerta abierta.
Agitada, corri a la pierta del hogar y toque la puerta con prisa.

Nunca habia experimentado salir algun lado, Era la primera vez que salía, claro siempre me mantenían encerrada sirviendo a familias, sin la oprtunidad de explorar y disfrutar del aire libre, así que más claro estaba nerviosa, por lo que de los nervios apretubaja los billetes en mi mano, esperando que la puerta abriera y saliera aquella señora.

Mas nervios, cuando pude escuchar que hacian el intento de habrir la perilla, siendo un chico de rulos y alto abrió, quien se quedo desconcertado con un expresión de confusión, que al carburar un poco, sus expresiones cambiaron a nerviosas.

--Hol-a...--fue interrumpido por su ¿madre? Que al instante, lo tomo del hombro y lo quito bruscamente de la puerta, quitandole la vista a la entrada.

--¿Vienes por las cosas de la familia Lennox, no?-- Dijo frustrada y estresada

--Así es, supongo que es la Señora Susan, perdón señorita Susan--Corregí instantáneamente con miedo, evitando mirarla a los ojos.

Solo escuche que suspiro, y sin más se adentró a su casa, dejándome en espera.
--Toma, y dile a Giselle que le volveré a hablar en caso de que vuelva a Charlottetown.-- podría jurar que casi me habia aventado las cajas con los trajes

-Deje la caja en el piso, para sacar el dinero, el cual al momento intente desarrugar,dándome cuenta que del nervio que tenia los había aplastado y arrugado, causado más miradas de que me juzgaba.

Al parecer no fui de su impresión, ya que al instante me cerró la puerta, sin dejar decir más. Suspire sacado lo nerviosa que estaba por un momento, Con esfuerzo, tomé las cajas en mis manos, sin saber como acomodar de ella.
La que me hacía peso era la caja para la señora ¿Rachel? o ¿Racha? o ¿Cómo era? Bueno, no me importaba.
Hacia queja con la caja, así que mi paso era lento.

Al llegar a la rejilla, el mismo chico de rulos que abrió la puerta de su casa, llegó muy rápidamente a abrir aquellas puertas de las rejas, dándome un susto de no darme cuenta cuando llegó y que solo había visto un sombra negra cuando pasó a mi lado.

Solo me miro, y me inclinó la cabeza, para que saliera, note que me miraba a la caras y los ojos, pero yo no lo hacia por los nervios que me ocasionaba mirar a la gente.

-¿Nueva en Avolea?- Pregunto detrás de mi.
Su voz era neutra, como si estuviera en cambio, sonaba dulce y tranquila, pero con un cambio de madurez.

Solo asentí sin mirar atrás a verlo bien de la cara, para querer recordarlo, y seguía mi camino.

-¿Cuál es tu nombre?- Pregunto de  nuevos siguiendo mis pasos detrás.

¿Tenía un nombre? Claro, pero nunca me hablaban por el, siempre se limitaban a hablarme por maldiciones, así que nunca lo habían usado y que lo recordarse bien por mi memoria, no.

Por lo que solo levante mis hombros, notando mi duda.

¿A caso eres muda?-Otra vez habló.

No sabía si ofenderme ¿Tal vez? O simplemente era la paciencia de los demás. Bruscamente negué.

Parecio, ya no hablarme, y no volteara detrás de mi, para saber si aún me seguía o ya se había ido de vuelta. Pensé y fue la 2da opción.

Rápido llegue a la casa de la señora Racha, nombre que según yo recordé que era así.

Aquella señora, no fue mucho a mi agrado.
Desde el momento uno, me juzgo con la mirada, recorriendo mi atuendo, vestimenta y zapatos, uno por uno dándose el tiempo de hacer caras cada que escaneaba todo.

-Por tu vestimenta... debes ser la sirvienta de la señora Giselle.

¿Sirvienta? Así me llamaba Giselle. No dude, que así me apodara e incluso hablara de mis defectos y se espresara peor de mi.

Solo le di la caja, del mandado que tenia, queria irme, me había sentido tan incómoda ante su escaneo.

-¿Qué sabe hacer una muercilla cómo tú?-

No queria responder, no sabía si yo hablabá, me trabaría y sería causa de burla en ella.

Por lo que tomé las cajas de los trajes de los niños y me fui a prisa.

Por lo que tomé las cajas de los trajes de los niños y me fui a prisa

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⏰ Last updated: Mar 23 ⏰

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𝐅𝐫𝐨𝐧𝐭𝐞𝐫𝐢𝐳𝐨-𝗖𝗵𝗮𝗿𝗹𝗶𝗲 𝗦𝗹𝗼𝗮𝗻𝗲Where stories live. Discover now