diez

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—diez: mitsuya y hakkai—

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—diez: mitsuya y hakkai—

—Pensé que todos estarían en sus casas... —Murmuró Keisuke tras ver en los pasillos algunos alumnos y unos cuantos profesores de otras materias mientras seguía de cerca a Chifuyu.

El peligris no había dicho ni una sola palabra después de bajar del tren, ni cuando Baji intentó acercarse a él para sacarle algún tema de conversación y no mantener ese silencio incómodo y ese distanciamiento tan abrupto. Sus manitas no dejaban de temblar e intentaba ocultar ese temblor en los bolsillos de su pantalón corto, era inútil pues su cola era incapaz de enroscarse en su cintura y ondeaba inquieta detrás. Sus orejitas tampoco podían quedarse escondidas entre sus cabellos, constantemente giraban para captar los murmullos de Baji.

No sabía si había hecho mal en despertarle, ni siquiera sabía si en verdad iba en dirección al instituto.

Marchaba derecho, concentrado en respirar correctamente y con gotitas de sudor pintándose en su frente, un todos los músculos convertidos en masas de gelatina que temblaban en cada paso. Y sentía que su pecho estallaría si el Alfa de conejito seguía intentando acercarse mucho más, ya suficiente tenia con poder olerle de lejos como para arriesgarse a asfixiarse si le tenía más cerca.

Keisuke no sabía que le estaba ignorando porque Chifuyu jamás le había ignorado, siempre se veía al tigre ir detrás del conejo y siempre resultó tan bonito de verlo que ahora el Alfa hacía un listado mental de los errores que pudo haber cometido.

Curiosamente esa escena, la de ir uno detrás del otro ignorándose, había ocurrido un sinfín de veces cuando recién se conocieron. Era el tigre quien hablaba con la ancha espalda de Keisuke y era el conejo el que se tapaba las orejas para no escucharle.

Fue hasta llegar a su puerta que ambos se quedaron petrificados.

—Keisuke, y-yo... —Chifuyu tomó la palabra a la vez que empujaba la puerta de madera, el chirrido de siempre se escuchó y el Alfa alzó sus orejas atento, siendo la primera vez que hablaba después de tanto rato.

—¡Keisuke! —Senju le llamó desde la otra punta del pasillo, Chifuyu la vio trotar y supo que dentro de un par de segundos todo sería incómodo para él.

Tras un suspiro atrajo a Keisuke y con sus fuerzas lo metió en la sala, dando un fuerte portazo cuando ambos estaban dentro. Colocó el seguro y cuando iba a revisar que estuviera bien cerrado, se trajo el pomo de la puerta en su mano.

—Oh...

—Bueno, una cosa más que arreglar el año que viene —Susurró Keisuke arreglándose las ropas con desinterés hasta que cayó en cuenta— Estamos encerrados, ¿verdad?

Algo culpable y muy cohibido, Chifuyu dio la razón a su pregunta sin verle, con ambas manos en la puerta y su frente apoyada en la misma. No tardó mucho en escuchar los pasos de la pantera acercarse y sabía que cualquier cosa que le dijese a Keisuke sería escuchada por ella por su excelente oído.

Rawr me | BajiFuyuTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang