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Después de una semana, ambos salieron del hospital.

No se sentían perfectamente bien, pero se encontraban mucho mejor que antes.

Bueno, eso hasta que Seo Jun se enterara de una noticia.

Los dos estaban caminando por la calle Itaewon.

Vieron que había un montón de gente acumulada, por curiosidad, quisieron ver.

Cuando Su Ho se acercó entendió de inmediato sobre que trataba.

Alguien fue encontrado muerto.

No quiso que Seo Jun lo viera, pero insistió tanto que lo dejó ver.

Han Seo Jun sintió un dolor en el pecho, como si alguien le arrancará el corazón.

Ese alguien que fue encontrado muerto, era Yohan.

Seo Jun nunca le demostró mucho cariño, pero en verdad lo quería.

En toda la semana que estuvo en el hospital, Yohan cada día iba enviando cartas y snacks.

Seo Jun empezó a llorar como nunca, pero aún tenían esperanzas de que sobreviviera.

—¡Hyung!—Sus gritos eran desgarradores—¡Kim Yohan!

—Han Seo Jun—Su Ho intentaba calmarlo—Seo Jun...

—Oye, cállate... —Tartamudeó Yohan—Me estas rompiendo los tímpanos...

—¡Hyung!—Gritó—¡No cierres los ojos!

—Te quiero—Y cerró sus ojos.

Cuando la ambulancia llegó, la alma de Yohan estaba en el cielo.

Nadie podía calmar a Seo Jun, lo que sentía en ese momento ya lo había sentido con alguien especial...

Su Ho se llevó a Seo Jun a su casa y intentó tranquilizarlo, pero, no era fan fácil.

Y no por eso Su Ho se iba a quejar.

Al día siguiente iba a ser el funeral.

Su Ho recibió un mensaje del manager de su padre y se atrevió a contestarla.

Pero al contestarla, recibiría una noticia horrible.

Su padre tenía cáncer y hoy mismo se Iban a ir a Estados Unidos para tratarlo.

El manager le ofreció a Su Ho ir, ya que al fin y al cabo, era su padre.

Su Ho no se pudo negar, cogió su pasaporte y antes de irse fue a ver a Seo Jun.

No le iba a decir nada, ya que después de todo estaba uno de los peores momentos de su vida.

—Cariño... —Levantó el rostro de Seo Jun quien estaba mirando al suelo—Me iré... Pero volveré, te prometo que volveré por ti.

—Pero... —Dijo Seo Jun—¿Por qué?

—No importa, lindo - Mintió—Volveré por ti, lo prometo.

Seo Jun estaba demasiado cansado, así que cerró sus ojos por unos minutos.

Cuando despertó Su Ho ya no estaba a su lado...

Después de media hora ya se había ido.

No mucha gente vino al funeral, ni si quiera vino su propia madre...

Pero, ahí estuvo Sun Oh apoyándolo, como siempre.

Al rato policías llegaron al funeral y pidieron hablar con Seo Jun.

—Buenos días—Saludó el policía—Le queríamos decir algo...

—Si... Dígame—Seo Jun estaba nervioso—¿Paso algo?

—Kim Yohan, fue envenenado—Dijo sorprendiéndole al joven.

—¿Por quien?—Preguntó confundido y desesperado —¿¡Quien fue?!

—Por favor, tranquilícese—Lo calmó—Todavía no lo sabemos, pero haremos todo lo posible, hasta lo imposible.

Seo Jun estaba devastado.

Pasaron los días y su relación con Su Ho iba muy bien.

El todavía estaba adolorido, pero, con el todo era mejor.

Pero, lo que le faltaba era que Su Ho lo llamara y le dijera lo siguiente.

—Hyung—Seo Jun se emocionó—¿Como estás?- Fue acortado por Su Ho.

—Mi lindo chico—Su Ho no quería lastimar a Seo Jun, pues sabía que todavía tenía mentalidad de un adolescente pequeño—No podemos seguir siendo pareja, tenemos que darnos un tiempo.

—Pero... —Seo Jun no lo estaba creyendo.

—Lindo, no te deprimas, cumpliré mi promesa, pero no podemos seguir siendo pareja a distancias, perdóname—Decía adolorido—Te quiero mucho, mi chico rebelde.

—¡Oye, Lee Su Ho!—Exclamó el más joven—¿De que estás hablando?

Su Ho colgó la llamada mientras lágrimas caían en sus mejillas.

—¿Su Ho?—Preguntó llorando—¡Esta bien, ya no pensaré en ti, te olvidare—Gritaba llorando- ¡Ya no te esperare!

O eso pensaba, que ya no le esperaría.

YOU AGAIN?Where stories live. Discover now