hija de Jace y Clary cazadora de sombras

eres la noche de mi dia

Las estrellas decoraban el cielo, haciendo que el oscuro manto que penetraba por toda la ciudad tuviera un brillo de esperanza, los ojos azules de Liz se habían vuelto metálicos, su mirada estaba perdida en un mar de pensamientos:

-¿Porqué había aparecido Ren?¿Significaba eso que ya no le gustaba Eidan?-

Su cabeza estaba hecha un lió, lo único que la tranquilizaba era dibujar una y otra vez la runa de su sueño, una estrella con una cola, como si fuera una estrella fugaz.

A la mañana siguiente seguía dibujando en su piel la runa. Alguien llamó a su puerta, era Eidan, tan guapo como siempre, con sus dientes perfectamente alineados y reluciendo con un brillo plateado que hacía que Liz no dejara de mirarle, y como un reflejo Eidan la sacó de su casa y la llevó a su coche en el que irían a un campo estupendo.

Algunas veces, Liz, se quedaba mirando a Eidan y pensaba si era real.

-¿Alguien podría ser tan perfecto?-Pensaba.

-Hemos llegado- Dijo una voz que parecía venir desde muy lejos, como si quien emitiera el sonido y ella estuvieran en dos mundos totalmente opuestos.

-eem.... , yoo..., no se....- Solía ser la respuesta que decía Liz cuando no había escuchado nada de lo que le decían-.

-He dicho que ya estamos aquí, en este campo pantanoso¿No podrías haber elegido otro sitio?- Dijo Eidan intentando parecer gracioso.

Liz vio las extensas llanuras llenas de verde y amarillo, y comprendió que Eidan no era perfecto.-¿Cómo podía llamar campo pantanoso a ese lugar lleno de vida, al sol bañando los campos haciéndolos más hermosos, a las flores decorando de colores y alegría, a esa magia que contenía la vida?

Mientras que Liz contemplaba el horizonte, Eidan le cogió de la mano y sereno se sentó a su lado. Liz miraba a todas las chicas que pasaban a su lado y que se quedaban mirando muertas de envidia, eso reconfortó a Liz e hizo que se sintiera muy bella.