Extra: 12 de julio.

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—Mis bebés están arribas cambiándose, pero tú también eres un bebé.

—Yo no, yo soy un hombre. —Su voz tratando de hablar en mi idioma es una cosita tierna porque el italiano se hace muy presente en su acento—. Tengo cuatro años.

—Oh my god, es gigante este hombre. —Le sigo la corriente y Sabi se echa a reír mientras Max me saluda con un beso en la mejilla y pasa al jardín.

—Ya se, todo un hombre.

Avanzo con ellos al jardín ya que nadie más vendrá y voy platicando con Sabina en el camino.

—Madre, ¿por qué los mellizos son dos y yo soy un solo? —Le pregunta—. Yo también quiero un mellizo.

Exige y casi me echo a reír.

—Ya no puedes tener un mellizo, pero puedes tener un hermano más pequeño.

Miro a Sabi sorprendida y entusiasmada.

—¿Se van a animar a tener otro?

—Mi padre no está muy de acuerdo, pero si, queremos otro hijo, y Matteo por lo visto parece querer un hermanito.

Dejo a Matteo de vuelta en el piso y creo que se va a poner a jugar con los demás niños, pero no, solo toma un vasito de jugo y se sienta en una de las tumbonas. Normalmente solo lo he visto jugando con los mellizos, aunque más con Aitara. Con los demás no es que hable mucho.

Sigo platicando con Sabi y veo como se le iluminan los ojos con solo los planes de tener un segundo bebé. La plática es interrumpida con la llamada de mi esposo y me disculpo con Sabina volviendo al segundo piso.

Mis terremotos ya están más que listos al igual que su padre, quien esta combinado conmigo en colores beige y ropa muy veraniega. Mis mellizos llevan unos trajes de baño de color azul marino, casi tan intensos como sus ojos.

Bajamos todos juntos dando oficialmente la bienvenida a los invitados.

—Sean oficialmente bienvenidos a la fiesta de cumpleaños número dos de los mellizos Maxwell Blake. —Decimos al unísono dando inicio a la fiesta.

Mientras los adultos se pasean por el bar y son atendidos con bebidas, los pequeñitos, más los mellizos y Matteo que son más grandes se suben al inflable gigante a saltar. Más tarde se les unen Rose y Ellie acompañadas por mi suegra y mi mamá que se ofrecen a levarlas.

—¿Y tú cuando nos presentaras a una novia? —Le pregunta Jacob a Thiago mientras tomamos bebidas bajas de alcohol y disfrutamos del sol.

Mi cuñado hace una mueca y responde.

—Estoy destinado a ser el tío rico, guapo y soltero de la familia.

—Tienes diecinueve años, cálmate. —Contesta mi esposo—. Además, el hijo guapo de los Maxwell, ya está casado.

—¡¿Qué?! —Jacob se pone de pie alarmado y se pone una mano en el pecho. Todos lo vemos—. ¿Cuándo se casó Thiago que no me invitaron?

Mi esposo lo fulmina con la mirada mientras todos estallamos en una carcajada. Theo le lanza aun cojín a la cara y Jacob se lo tira de vuelta.

—Nunca van a madurar. —Susurra Cami a mi lado.

—Nunca. —Repito—. Quisiera que vieras a Theo conviviendo con los mellizos, es como si yo tuviera tres hijos. Y discute con ellos como si entendiera todo lo que dicen, creo que ellos tres tienen su propio lenguaje.

—Ni me lo digas. Jay-Jay y Rose hacen unos complots en mi contra que ni te imaginas, y eso que apenas tiene un año.

—Lo que nos espera cuando esos tres estén grandes. —Susurro para las dos descansando la cabeza sobre su hombro.

Nuestro.Where stories live. Discover now