12: Scorpius y Cassiopeia Malfoy.

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"No hay felicidad o infelicidad en este mundo; solo está la comparación entre un estado y otro. Solo un hombre que ha sentido la desesperación definitiva es capaz de sentir la felicidad definitiva. Es necesario haber deseado la muerte para saber lo bueno que es estar vivo… la suma de toda la sabiduría humana está contenida en esas dos palabras: Espera y Esperanza."

−Alexandre Dumas, El Conde de Montecristo

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Diciembre

2012

Hermione adoraba la Navidad. En particular, adoraba la Navidad en Hogsmeade, cubierta con fresca nieve tan perfecta que sospechaba de una interferencia meteorológica mágica. Y tampoco es como si le importara. Observó la nieve brillando bajo las luces antes del amanecer mientras se relajaba en su sala de estar finalmente desempacada y organizada después de casi seis meses de vivir en su nuevo hogar.

Incluso con magia, mudarse se volvía más complicado con niños. Especialmente cuando una extensiva colección de libros estaba involucrada. Lo que, entre sus libros y los de Draco, era una verdadera biblioteca... su colección se había vuelto extensiva, bordando en lo excesiva.

El sonido de los suaves pasos de Draco sacó la atención de Hermione de la ventana. Parecía que no había dormido nada, suave y arrugado y encantadoramente desaliñado en esa forma en que había crecido en su paternidad. Esa misma apariencia desaliñada que seguido hacia que Hermione reconsiderara sus límites de dos hijos que habían puesto para su familia después de ser testigos del caos en que se volvió la familia Potter después del nacimiento de Lily.

−No creo haber despertado antes que tú en años. −le dijo Hermione en un susurro mientras él se sentaba a su lado en el sofá. −De hecho, no recuerdo alguna vez haberme levantado antes que tú. −corrigió. Dejó su té a un lado y se inclinó para un beso, derritiéndose contra él en los benditos fragmentos de silencio y solitud que sus hijos dormidos les ofrecían en lo que sabía sería un breve y efímero momento.

−No quise despertarte cuando Cassie comenzó a llorar de nuevo. −susurró Draco contra su boca, claramente aún dormido.

−Hice té. −dijo Hermione. Corrió una mano por el desordenado cabello de Draco, peinándolo hacia atrás en un intento de su peinado usual. La atrapaba en momentos como este, cuando Draco se veía más humano, cuán guapo era, y cuanto podía amarlo.

Draco frunció el ceño.

−Me haré mi propia taza. −dijo, poniéndose de pie. La miró. Hermione tenía la cabeza inclinada en forma de pregunta. −Hay una razón por la cual yo siempre hago el té, amor. −dijo, girando e inclinándose para suavizar el golpe de sus palabras con un beso. −El tuyo es terrible.

−Mi té sabe bien. −insistió, insegura si el ardiente sentimiento en su pecho era de indignación o diversión. −Ni siquiera noto la diferencia con el que hiciste ayer.

Una sonrisa familiar apareció en sus facciones, una que Hermione ya no veía tan seguido. Era una sonrisa que le decía que ya habían tenido esa conversación antes.

−Sí, bueno, tu paladar claramente no está desarrollado. Sin embargo, el mío claramente si lo está. −robó su taza mientras la distraía con otro beso. −También haré el tuyo de nuevo. Uno de los dos debe tener estándares.

Wait and Hope - dramione *TRADUCCIÓN*✓Where stories live. Discover now