Alzó su vista por simple inercia y observó con pánico como la habitación del Alfa empezaba a distorsionarse. Las paredes empezaron a derretirse, los muebles se convertían en charcos de vómito mientras que la cama empezaba a fundirse con la madera dejando solo el colchón en el suelo, para así, finalmente, estar de nuevo en aquella habitación.

Su impermeable transparente ya no estaba, tampoco su cubrebocas o sus guantes, su bonito suéter color naranja había desaparecido, dejando una camisa blanca rota. Su short café oscuro ahora era reemplazado por un pantalón negro largo roto, desgastado y sucio.

Sucio.

Miró a los lados con su mirada nublada y en medio de una crisis de pánico, encontrando así las huellas de su habitación de entrenamiento. Desvío la mirada a su propio cuerpo totalmente sucio y lleno de rasguños.

No era bonito ahora.

Y lo sabía.

Sus manos taparon sus oídos, y él no paraba de escuchar las mismas burlas y risas de la personas a quien amaba.

Su cuerpo empezó a sentir una comezón horrible; sentía su piel arder como si miles de gusanos caminaran sobre ella dejando no solo un camino de suciedad, sino también de ardor excesivo.

Y empezó a rascarse.

Y no se detuvo.

Jamás lo hizo.

[ . . . ]

El sonido de un pitido agudo y constante lo hizo removerse un poco en su lugar. Si cuerpo dolía y ardía con fuerza mientras que su respiración poco a poco era cortada. Sintió que estaba sudando mientras el sonido se seguía repitiendo emitiendo «Pip, ...., Pip, ...., Pip...». Su corazón empezó a latir con lentitud y sintió que iba a ahogarse de nuevo.

Cuando por fin pudo abrir los ojos, no vio nada más que un color blanco pulido, después de unos segundos se dió cuenta que se trataba de un techo. Su mirada tardó un poco en enfocar por la cantidad de luz en el lugar, pero finalmente desvío la mirada a los lados mientras una incomoda sensación en su rostro y muñecas le hacían picar su piel.

Techo blanco, paredes blancas, ventanas que daban a los edificios de la ciudad en medio del cielo nocturno, cortinas de un color hueso, y una puerta blanca.

¿Estaba en un hospital?, ¿Por qué?

Parpadeó confundido un par de veces, y se removió incómodo. Se dió cuenta que estaba sobre una cama, y miró hacia su torso cubierto por una delgada pero cálida sábana gris. Su ropa tampoco estaba, y había una bata blanca con puntos grises en su lugar. Miró su muñeca la cual estaba conectada por medio de una aguja a un líquido transparente colgado de un perchero para sueros por medio de su intravenosa. Solo así se dió cuenta que sus brazos estaban vendados en su totalidad, dejando al descubierto una pequeña fracción de piel para la aguja.

Todo era familiar, era como si ya hubiera estado ahí antes.

«—"Hola, Sen, Hola papá."

— "¡Hermano! Dios, estás bien, estás bien, ¡Padre!, ¡Hermano despertó!"

— "¿¡Despertó!?, ¡Mierda Kyojuro! Sentí que te perdía, maldición, júrame que no harás eso de nuevo."»

¿Por qué decían su nombre?, ¿Quiénes eran ellos?

Entrecerro sus ojos. Le dolía la cabeza de una manera descomunal. Desvío la mirada a su otra muñeca, la cual tenía una sensación de calor extraña.

"THE MURDER OF ME." |⚠ +18| Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora