Te Deseo [TERMINADA]

No lo podemos evitar

(CORREGIDO)

Oriana

Estaba sentada en clases de matemáticas, tan aburrida que me daban ganas de desaparecer y aparecer en mi habitación, no me encontraba de ánimos para nada.-Mierda, me quiero iir.- Murmuré, frustrada.

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Apenas terminaron las clases agarre mi bolsa y salí caminando por los pasillos hasta llegar al patio, donde me senté en unas de las mesas. Estando sola allí, me puse a revisar mis redes sociales, de repente sentí que alguien tocó mi hombro. Quería darme la vuelta pero esta persona me lo impidió, dando un leve apretón a mis hombros, acercó sus labios hasta mi oreja y susurrando:

-Hola preciosa.-Dijo en un tono seductor.

Mierda, con solo escuchar esa voz supe de inmediato quién era. No dije nada, ella retiró sus manos de mis hombros y se sentó frente a mí.

-¿No piensas hablar?.-Pregunta, curiosa.

-Hola.-Respondí, simplemente.

-¿Solo eso dirás?.-Pregunta, sonriendo de lado.

-Pues no sé, qué más decirte.-Contesté, fríamente.

-Bueno, dime, ¿cómo estás?- Me pregunta manteniendo su sonrisa de lado.

-Bien.-Contesté, sin mucho interés.

-Vaya, ¿no puedes ser más cortante?.-Comenta con su estúpida sonrisa de lado.
Mierda, me pone que me mire así.

Se acerca lentamente hasta quedar cerca de mi cara.

-Sabes, desde ese pequeño encuentro que tuvimos en ese oscuro espacio, no he podido sacarte de mi cabeza.-Susurró, provocando pensamientos impuros en mi mente.

¡¡Basta!!. Esto no está bien.-No caigas-, me repetí a mí misma. Me levanté con mi mirada puesta en ella y apoyando ambas manos en la mesa le recuerdo: -Mira, no sé si lo olvidaste pero te he dicho que te olvidaras de eso. Y te pido que te mantengas alejada de mí.

Agarrando mi bolsa y caminando hasta quedar a su lado le digo: -Olvídalo. Porque lo que ha pasado en ese pequeño espacio, no volverá a pasar.-Le afirmo.

Tratando de seguir con mi camino, me toma del brazo y aproximándose tan cerca, me vuelve a susurrar:

-Quiero que escuches muy bien esto, Oriana. Porque no lo volveré a repetir. No me vuelvas a pedir que lo olvide y me aleje, porque eso no pasará. Ya no lo niegues, preciosa, en realidad quieres que te tome y siga con lo qué pasó.-Expresa con mucha seguridad.

-Te tengo una pregunta, Oriana.-Enuncia de manera juguetona.

Me aprieta un poco el brazo y me jala hasta detrás de un árbol, al cual también habían pequeños arbustos.

Trato de zafarme, pero me lo impide apretando mi cuerpo contra el árbol.

-Déjame ir, joder.-Le demando, molesta.

-¿Segura?. ¿Quieres que te deje ir?. ¿Mmm?.-Pregunta, mostrando su maldita sonrisa. Empezaba a odiarlo.

En ese momento lamenté llevar una falda puesta, ya que su mano fue subiendo desde mis piernas hasta mi miembro.