capitulo 5

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Capítulo Cinco

Peter se estuvo arrepintiendo todo el camino de vuelta a casa. ¿Por qué la había besado? «Eres un idiota», pensó, «estúpido e idiota». Por el bien de Mateo, tenía que llevarse bien con Lali. No tenía ninguna intención de jugar con los sentimientos de ella ni de complicarle la vida. Ella ya había tenido suficientes dificultades en su vida como para que él le sumara un arrebato adolescente y hormonal.

Peter paró el auto y apoyó la cabeza en el reposacabezas suspirando con fuerza. Lo cierto era que se había sentido muy a gusto en los brazos de Lali. Había estado tan tierna, tentadora y... dispuesta. Sí, ella también lo había deseado... Pero eso no era lo importante.

El hecho de que sintieran una mutua atracción era irrelevante dadas las circunstancias. Lo realmente importante en su vida era Mateo, y Peter lo tenía que tener siempre bien presente.

Incluso si significaba no volver a tenerla entre sus brazos, no dejarse llevar hasta donde el deseo dictaba, no disfrutar de la apasionante recompensa que escondía para él el cuerpo de Lali...

¡Maldición!

Golpeó el volante con fuerza. La deseaba. La llevaba deseando años, desde el primer momento en que la había visto. Era la primera vez que era consciente de aquello. Encima, ambos estaban libres, lo cual hacía más difícil resistirse.

Sin embargo, tenía que contenerse. Lo haría por Mateo.

Cerró el carro y entró en el jardín. Al pasar por la entrada cerró la puerta que comunicaba con la zona de Daniela y de Esteban, para que supieran que ya había llegado. Entró en la habitación de Mateo y se quedó allí contemplándolo durante un buen rato para no olvidar lo importante que era para él.

En realidad, no necesitaba aquel recordatorio.

Mateo estaba tendido en la cama, pero uno de sus brazos se había salido. Era tan pequeño y tan vulnerable... Tenía sólo tres años y ya había perdido a su mamá. De hecho, había perdido a sus dos mamás.

No quería exponerlo de nuevo a más dolor, y no lo iba a hacer, aunque eso significara tener que renunciar a una relación con Lali. Prefería morirse antes que hacerle daño a hijo.

Besó la frente de Mateo, lo arropó y se fue a la cama.

Sabía que no iba a conciliar el sueño. Un deseo persistente lo atormentaba. Una urgencia que él sólo reconocía como física pero que, en realidad, era mucho más profunda.

Se sentía frustrado. Ya habían pasado más de dos años. Durante mucho tiempo, Carolina lo había estado rehuyendo. Peter había entendido sus motivos demasiado tarde.

Desde entonces, no había estado con nadie. Había estado demasiado ocupado encargándose de que Mateo estuviera bien. No había prestado atención a sus propias necesidades.

Era un hombre de sólo treinta y cuatro años. Iba a cumplir treinta y cinco en agosto. Era lo suficientemente joven para arder en llamas por una mujer.

Y estaba ardiendo por Lali. El sol de la mañana entraba en la habitación y Peter se acurrucó mientras se tapaba los ojos con el edredón. Pero era imposible; aun tapándose los ojos, seguía viendo el rostro de Lali. Aquellos labios frescos y suaves después del beso, sus ojos grandes, brillantes y confundidos...

UN AÑO PERFECTO#laliter- <terminada>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora