•<| Una familia |>•

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Narra Víctor.
Como todo día de mierda, oscuras nubes que anunciaban una tormenta se hicieron presentes solo llegar a la casa de mis padre, en la cuidad vecina. Salimos a las seis de la mañana, manejé de cuarenta y cinco minutos a una hora aproximadamente, charlando poco con Sparta, que estaba más dormido que despierto; nuestros padres le llamaron temprano para que se regresara ya con ellos, además de invitarme/obligarme a ir a desayunar y comer.
No diría que odiaba ir a su casa a visitarlos, pero si, lo detestaba.

Cuando desperté en la madrugada, bastante más temprano de lo que siempre lo hago, lo primero que me importó fue ver a May a mi lado… de nuevo; claramente no pasó. Antes de irme intenté hablarle, saber qué pasó exactamente ayer, cómo se encontraba después de eso, qué le molestaba, solo… quería arreglar todos los momentos estúpidos, idiotas, que he cometido hacía él; de nuevo, no pasó.

- Hijo, te vez muy distraído, ¿a sucedido algo? –Preguntó mi madre, podía decir que preocupada, realmente no creo fácil leer su expresión. Un "no, nada" salió de mis labios para antes de pensar realmente que me sucedía, porque lo sabía, pero el que alguien lo preguntara…– ¿De verdad? Es que, bueno, de repente no nos visitas desde más de año y medio, y luego llegas aquí con… 'eso' en los labios –Inconscientemente me los toque, desviando unos segundos la mirada. Cuando me mire al espejo en la mañana, pude ver las marcas que tenía, en el labio inferior más específicamente, por ello me alarme más de que May se fuera rápido de mi habitación.

- Si, hijo, era lo que quería preguntar… –Suspiré, volverían con el tema– ¿Te has estado viendo con alguien? Porque, ya tienes 23 años, y no nos hablado de ninguna novia o pretendiente alguna.

- Padre, creo que no es tiempo de hablar de eso… –Esta vez fue Sparta; incluso para él se volvía incomodo el repetir una y otra vez estás charlas "importantes".

- No estoy diciendo nada, lo sabes hijo, que no veo nada malo de eso, pero tu hermano ya no es un hombrecito, es adulto, y debe fijar su futuro ahora que está joven y fuerte.

- No dije que no lo hiciera, pero… tal vez tampoco está cómodo con casarse, no lo sé –Ni siquiera el casarme es el problema, pero sonreí de ver a mi pequeño hermano tratar de defenderme.

- Ehmm, Andrés, ¿pensabas en casarte? –Mi madre, con sorpresa y podría decir desconcierto, interrumpió la discusión. ¿No era lo que querían? Que sus dos hijos se casarán.

- No, no ahora, pero tal vez algún día llegué el momento. A mi me gustaría casarme y formar familia. –Esta vez no lo mire a él, no, los mire a ellos; quería ver sus expresiones de horror al pensar en que mi hermanito pudiera hacerlo, casarse con otro hombre. Como lo esperaba, sucedió, pero rápido cambiaron sus rostros, después de todo se trataba de mi hermano.

- Oh, claro, esas cosas modernas de familias sin hijos y… entre… hombres –Se oía la dificultad con la que mi madre lo decía. A este punto creo que solo reiría por su hipocresía.

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Se que para muchos aún es pesado el tema de preferencias entre su familia.
Y

no, no trato de hablar sobre "hacer a todos gay", sino de que deje de tener que existir el "salir del clóset", porque nadie debería de esconderse por algo que no lástima a los demás.

Así que, weno, después de estas palabras, nos vemos…

–Adiuus Oᴗ<

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