06

1K 119 4
                                    

Jungkook tomó el celular y lo dejó en el buró de su lado de la cama.

—Dulzura —habló Jungkook, una sonrisa entre dulce y venenoso—. ¿Crees que voy a cambiar a Namjoon por una sola noche de ego contigo? —y comenzó a reírse frente a él.

—No será solo una noche —gruñó Taehyung, colocándose sobre él sobre sus rodillas y manos, quedando cara a cara—. No te voy a permitir que repitas lo de este mes.

—¿O qué? —Jungkook frunció el ceño, solo centímetros separaban sus bocas—. ¿Se van a dar cuenta de que quién me arranca gemidos dignos de películas porno no eres tú? ¿Qué no eres el tigre que todos creen en la cama?

Y Taehyung no pudo soportarlo mucho más. Estampó su boca contra la de Jungkook furiosamente. Los dedos de Jungkook rasparon con sus uñas el cuello de Taehyung cuando intentó alejarlo.

—Si crees que ese imbécil lo hace bien... —gruñó Taehyung, quitándole rápido y algo torpe la camiseta negra de Jungkook—. No me has conocido...

—No quiero hacerlo —habló Jungkook, tomando una almohada para golpear con ésta la cabeza de Taehyung, el mismo que sonrió.

—Deberías —habló Taehyung —. Porque no sabes lo que te espera...

El rostro de Taehyung desapareció en el cuello de Jungkook, sus labios besando, sus dientes marcando, dejando marcas rojizas al inicio y otras cada vez menos.

—Aléjate... —gruñó Jungkook intentando quitarlo pero Taehyung tomó sus muñecas y lo tiró a la cama para sostener las mismas sobre sus cabezas.

Los besos aquellos bajaron a su pecho, aquellos dientes mordiendo y chupando sus pezones. Los besos siguieron bajando y, cuando llegó a su vientre, Jungkook cerró sus ojos.

—Llama a Namjoon... dile que la pasarás conmigo... —susurró contra su piel, bajando sus pantalones poco a poco.

—Taehyung... prometes mucho... —Jungkool tomó el celular en su mano girándose sobre su marido—. Y he aprendido mucho en una cama... —Jungkook hizo que sus torsos se rozaran mientras se incorporaba sobre el miembro que ¡oh, sorprendentemente! estaba duro—. Ha montar como los mejores, a chupar como nadie, a dilatarme si tengo que hacerlo... a volver loco a mi amante... —susurró y, cuando Jungkook se deleitó al ver a Taehyung sumido en sus palabras, se levantó rápidamente y salió de allí, encerrándolo en la habitación.

—¡JEON! —gritó Taehyung del otro lado y el nombrado no perdió tiempo.

Se vistió con lo primero que encontró y tomó las llaves del coche de Taehyung para salir. Para cuando Taehyung logró salir de la habitación por haber encontrado una llave muy bien escondida, Jungkook se había ido.

Su celular sonó, Taehyung atendió con un gruñido y escuchó una risa.

—Ya no soy el mismo estúpido, Taehyung. ¿Acaso no te llegó el mensaje que Namjoon me abrió los ojos? Si no puedo tenerte a ti no voy a esforzarme por intentarlo entonces.

—Estás jugando sucio Jungkook.

—¿No crees que tú lo hiciste conmigo? Durante tantos años, rogándote silenciosamente, acostándome solo en una cama que era para dos. Pero el estúpido Jungkook solo quería el amor de su esposo el cual se acostaba con zorras. ¿No te parece que eso sí es jugar sucio?

—Espero que si tienes algo de consciencia no vuelvas aquí —habló Taehyung, apretando su iPhone fuertemente en su mano—. Porque en cuanto pongas un pie aquí, tu vida se convertirá en un infierno.

—¿Y crees que sigo teniéndote miedo? —Jungkook rió del otro lado de la línea—. Eres solo un hombre Taehyung. Solo eso, con mucho dinero... un don nadie con mucho dinero... la mitad de aquello es mía. Somos iguales.

—No iguales —habló Taehyung —. Tú estás aprendiendo a ser un hijo de puta. Yo ya lo soy, desde antes que nos viéramos cara a cara, ya lo era.

Taehyung cortó la llamada y gruñó. Perfecto, nadie dejaba así a Kim Taehyung...

Pero tal vez ese había sido el error de Taehyung. Creer que aún no había nacido la persona que fuera capaz de devolverle su propio juego, creer que Jungkook no despertaría su lado infeliz que también tenía.

Entonces Taehyung suspiró y giró sus ojos hacia la habitación en donde Jungkook dormía.

Y, mientras Taehyung hacía lo que estaba en su cabeza, Jungkook entró al departamento de Namjoon; el mismo que lo recibió elevándolo en sus brazos.

—¿Y? ¿Sucedió lo que te dije? —habló Namjoon, sonriendo y Jungkook repartió besos por todo su rostro.

—Absolutamente todo... ¿Hoy lo intentamos en la cocina? —habló  Jungkook y Namjoon mordió su labio inferior.

—Quitate los pantalones y ponte sobre la mesa.

Y Jungkook hizo lo que se me dijo, con una sonrisa en el rostro.

Matame Lento ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏWhere stories live. Discover now