Capítulo 15

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CAROLINA WHITE

Hoy por la mañana, Chris me recogió en mi casa, me llevó a desayunar a un precioso café y justo ahora está conduciendo por una carretera que te lleva a las afueras de la ciudad.

Después de unos cinco minutos de manejar por esa carretera, vi un precioso campo de futbol. Aunque no tiene nada de especial, se ve muy lindo en medio de tantos árboles, los atardeceres se deben de ver hermosos desde aquí.

-Muñeca- me llamó Chris- ¿Recuerdas la sorpresa que te dije que tenía preparada?

Asentí con la cabeza, el bajó del auto y caminó hacia la parte de atrás del coche. Imité su acción y caminé a la parte de atrás. Abrió la cajuela del auto y dentro había un ramo de rosas rojas con nubes. Mis ojos brillaron con emoción.

El ramo es hermoso, es muy grande y tiene un sobre que dice mi nombre. Chris lo tomó entre sus manos y me lo extendió.

-No puedo creer que me hayas comprado un ramo tan grande- Sonreí y lo tomé para olerlo.

-Mereces eso y mucho más- Tome el sobre en mis manos y antes de que pudiera abrirlo, Chris me detuvo- No, ábrelo cuando estés sola.

Sonreí, dejé el ramo dentro del auto y lo abracé. Desde que había ido por mí a mi casa, lo sentí raro, se está comportando algo distante y a la vez cariñoso. Algo está pasando, lo sé.

- ¿A qué venimos aquí? - Pregunté cuando me separé de él.

-Necesito practicar para mi próximo partido y que mejor que hacerlo contigo.

Al lado del ramo de flores, se encontraba un balón de futbol y otro de baloncesto. Tomó ambos en sus manos, cerró la cajuela y caminamos al campo.

- ¿Sabes patear un balón? - Me preguntó divertido.

-Claro que sí.

Comenzamos a hacer pases, estaba siendo muy divertido no se los negaré, nos reíamos cuando alguno no alcanzaba la pelota. Después tiramos penales, me negué a ponerme como portera, entonces él tampoco se puso.

Me paré delante de la portería y tiré el balón, entro sin problema alguno en la portería y mientras celebraba pude ver como Chris me tomaba una foto y escribía algo rápidamente en su celular.

- ¿No crees que merezco un premio? - Pregunté divertida y me acerqué a él.

Sonrió de lado, me abrazó por la cintura y yo enredé mis brazos alrededor de su cuello. Me besó y por un momento todo alrededor desapareció, solo estábamos él y yo. Cada beso de Chris se siente mágico y especial, sus besos siempre provocan que las maripositas de mi estomago despierten y comiencen a volar.

- ¿Te parece si ahora jugamos un poco de baloncesto? - Dije cuando nos separamos por falta de aire.

-Claro- Me soltó y fue por el balón.

Nos dirigimos a la cancha que estaba al lado y comenzamos a jugar. El baloncesto se me da mucho mejor que el futbol. Hicimos tiros libres durante un buen rato, hasta que decidimos que jugar un partido sería divertido.

En algún momento del juego, el balón me perteneció, miré fijamente a Chris y las intenciones de quitármelo eran notorias, corrí lo más rápido que pude hacia la canasta y él me siguió, como es más rápido que yo me alcanzó sin problema alguno.

Me tomó de la cintura y yo pegué el balón a mi como si mi vida dependiera de eso. Comenzó a darme vueltas en el aire para que soltara el balón.

-Dame ese balón, muñeca.

-Estoy segura de que esto no entra en las reglas del baloncesto.

Me dejó en el piso al fin después de tantos gritos, me puse una mano en el pecho para que mi respiración volviera a la normalidad, se aprovechó de eso y me quito el balón, corrió a la canasta, encestó y ganó.

-Eso no es justo, tu practicas deporte todo el año y yo no- me quejé. Se acercó a mi con diversión e intentó besarme, pero lo alejé -Oh no, no te daré ni un beso más.

-Sé una buena perdedora, muñeca- Lo miré enfadada y en lugar de asustarse, su sonrisa se agrando más- No me mires así que me enamoras más.

Después de un rato de discutir, nos sentamos en el campo y esperamos a que el sol se ocultara. Ambos mirábamos el cielo en silencio, hasta que Chris decidió romperlo.

-Mañana tengo partido, ¿iras a verme?

-Claro que sí. Llevaré un letrero que diga que soy tu fan número uno.

-Tal vez mis fans se molesten si haces eso- Me hice la indignada y él sólo soltó una risita.

- ¿Acabas de decir que te importan más tus fans que tu novia? Bien, dejaré de ir a tus partidos.

- ¿Novia? - Dijo sorprendido- ¿Somos novios?

-Eso...eso dijiste ayer, pero da igual, tampoco es tan importante- Dije con cierta tristeza.

Me ilusiona mucho ser novia de Chris, y que él ya lo hubiera dicho me encantaba, pero ahora no sé si de verdad es lo que quiere.

-Sobre eso, no me gustaría ponerle un título a esto, ¿sabes?

Un pedazo de mi corazón se agrieto al oír sus palabras.

-Lo entiendo- Fue lo único que dije.

Un silencio sepulcral se hizo entre los dos, ahora esto era incomodo.

-Muñeca- me giré para verlo- No creas que el hecho de que no seamos novios quiere decir que no me gustas. Me encantas, me encantas mucho-No dije nada y solo lo observé, tomó mi cara entre sus manos y me miró fijamente- No sé qué diablos hiciste para que me gustes tanto, eres perfecta para mí. No quiero que te vayas nunca.

-No me iré, Chris. Te prometí que jamás lo haría- Me soltó y se recostó en mis piernas.

-Te a...

Se detuvo antes de terminar lo que iba a decir. Me quedé perpleja al suponer sus palabras.

-Dilo-Dije con una sonrisa. Él suspiró y negó con la cabeza- Dímelo, son solo dos palabras y cinco letras.

No me contestó, por lo que decidí no insistir y disfrutar del atardecer que estaba delante de nosotros.

-Carolina- Dijo después de un rato.

- ¿Qué pasa? - Contesté mientras le hacía cariñitos en su cabello.

-Te amo.

Todas las mariposas que se encuentran en mi estomago comenzaron a volar. Lo había dicho y no era un sueño.

-También te amo, Chris.

Dos palabras y cinco letras que tienen mucho significado y son muy poderosas. Christian Brown acababa de decírmelas.

Él mi crush, yo su apuestaWhere stories live. Discover now