Mañana siguiente

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Al día siguiente, me levanto temprano sin despertar a nadie y empiezo a hacer el desayuno. Quiero que estos últimos días sean inolvidables.

Llevo el desayuno a la mesa y la adorno con flores del jardín, como lo solía hacer mi mamá.

- Buenos.. días... - empieza a decir mi esposa saliendo de la habitación.

- Buenos días amor, hice el desayuno - le digo sonriendo.

- Eso veo, se ve muy bien - dice sonriendo y me besa.

- Huele rico - dice Mike saliendo de la habitación.

- Papi hizo el desayuno hoy, ¿Por qué no vas a cepillar tus dientes? - dice mi esposa y el pequeño corre al baño.

Nos sentamos a comer los tres, parecía un día normal, una familia normal con una vida normal.

- Luego de comer vamos a conocer la isla - digo animado.

- Si, quiero conocer la isla. Me gustaría comprar algún recuerdo.

- Yo quiero ir al parque y a la juguetería.

- También podemos ir a la heladería.

- Siiiiii!!! - grita mi pequeño.

Luego de desayunar, ellos se empiezan a arreglar para salir y yo limpio la cocina, al terminar me voy a arreglar.

Tomados de la mano, caminamos por la isla.

La maldición de la abuela Where stories live. Discover now