Lenn se levanta de su cama. Es un día especial. Su mejor amigo va a proponerle matrimonio a su novia. Lleva un esmoquin que lo hace ver muy bien. Con el tiempo, sus facciones corporales han ido mejorando. Ya no es un niño después de todo. Tiene diecinueve años. Se nota que ha ido al gimnasio y sus potentes hombros enamoran a cualquiera. Su cara es delgada y muy agraciada.
Lenn agarra el ramo de flores que le ha comprado a Viro. Se va a cepillar los dientes. Mientras se pone una mascarilla, baja por los miles de videos de su para tí de las redes sociales. En uno de ellos se encuentra a la madre de Viro. Tiene treinta años y tuvo a Viro a los quince. En realidad, siempre fue una amiga para Lenn. La mujer nunca más tuvo hijos y crió a Viro muy bien. Es de cuerpo delgado y majestuoso. En su infancia, Lenn observó muchas veces como la madre de Viro rechazaba hombres. Lenn sonríe. No sabe por qué, pero ver a la madre de Viro le alegra el día.
Después de unas horas, ya ha terminado de arreglarse y se dirige en coche hacia la casa de Viro, a recogerlo. Después de un par de bocinazos, Viro aparece por la puerta. Lleva puesto un traje formal. A diferencia de su madre, Viro es un chico muy normal. Es holgazán pero amable y no tiene un cuerpo muy llamativo. Después de verlo como se acercaba, Lenn se pregunta cómo Viro tiene una madre y una novia tan guapas. Bueno, es cierto, Viro es rico e inocente. No se ha sacado el carnet de conducir porque le daba miedo. A lo mejor Cintia lo quiere por eso...
