De Amor y Caos

Tiempo de Crisis y Libertad (2)

Salieron por fin en forma de agua todas las dudas, fantasmas y reproches de palabras que nunca me había atrevido a decir, salían a gritos ensordecedores dirigidos al cielo todos los porqués que no entendía, o no terminaba por entender, comenzaron a descender de manera poco gradual y colosalmente rápida todas mis intenciones de seguir caminando sin rumbo fijo.

Surgieron repentinamente, y sin aviso, unas ganas de mandar todo al demonio tan inmensas que fueron casi imposibles de apagar con la voz de un cuervo susurrando en mi oído que ya nada valía la pena, que soltara mi agarre, que de a poco cedía a lo que parecía una calma realmente necesitada, casi vital para mi alma atormentada en esos momentos de inquietud e incertidumbre, pero aun en ese punto de mirar con calma al precipicio, no cedí.

Tomé el aire que quedaba restringido en mis pulmones como reserva de emergencia y en débiles, pero firmes susurros, pedí fuerza a los cielos, solo pedí que no me abandonasen por completo, pedí la ayuda que nunca había pedido antes y acostada en mi cama, abrazando mi almohada, descansé mi alma frágil y a punto de romperse.

Sentí por fin la paz que no había sentido en mucho tiempo, aún más de la que pudiese recordar con mi dañada memoria, mis ojos que difícilmente podían mantenerse abiertos después de tanto llanto, me arrullaban dulcemente, dirigiéndome a un profundo sueño del que no me importaba despertar, sabía de alguna extraña manera que todo estaría bien, seguiría doliendo por supuesto y sería duro, pero todo estaría bien después de regresar, él me lo había prometido y yo le creía ciegamente.

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