cuatro

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Charles

Me resultó raro ver como se paro enfrente del autobús y se giro lentamente para preguntarme si no iba a subir, en verdad no me iba a subir a ningún autobús, solo quería acompañarla al menos hasta que su autobús llegará y se marchara que aún que crea o no, no me gustaría que se marchara.

La mire por última vez através de la ventana antes de verla desaparecer junto el autobús. Tire mi cigarro al suelo para después aplastarlo con la punta de mi pie.

Mire la hora de mi teléfono, era algo tarde y ya empezaba a hacer mucho más frío.

Mire los patinetes que se alquilaban y por suerte llevaba dinero en la tarjeta, compré uno y me encamine hacia mi casa.

Ojalá mi hermano no estuviera en casa, de verdad que necesitaba ya salirme de aquella cueva con olor a porro y alcohol a más no poder, y además de ver cada noche una chica diferente sentada en mi cama pensado que era la habitación de mi hermano.

Muchas veces me quedaba tieso pensando en como se podrían confundir mi habitación con la de mi hermano.

La mía era un poco más colorida, tenía pósters por todas las paredes y tres guitarras de mi padre colgadas en la pared al lado de la puerta, además de tener un enorme espejo y armario lleno de pegatinas.

En cambio, la de mi hermano solo contaba de una cama casi sin sábanas, pareces grises y llenas de manchurrones del humo de los miles de cigarros que se fuma al día y botellas de cualquier tipo por las estanterías.

Algo curioso del cuarto de mi hermano, es que tiene estanterías con trofeos de Fútbol americano de cuando fue de intercambio.

Diría que en esa época todos éramos felices, pero bueno, no todo acaba bien, ¿no?

Subí por las escaleras al ver como una vecina llenaba el ascensor de bolsas de la compra a más no poder.

Al llegar, note que efectivamente mi hermano si estaba aquí, pero sin ninguna chica semi desnuda en el sofá del salon.

Solté las llaves con una ceja alzada mientras que notaba su mirada por mi costado.

—¿Hay alguien más? —pregunte confuso.

—No— dijo cortante antes de volver su vista a la ventana.

Asentí lentamente y sin hacer el mínimo ruido me dirigí hacia la puerta de mi cuarto pero su voz me detuvo en seco.

—Tienes que irte — lo mire bastante confuso. Nunca lo había visto así de serio, es más, creo que es la primera vez que lo hace de tal manera.

—¿C-como? — dije entrecortado.

—Tienes que irte de casa.

—¿Hay alguna razón? —pregunte soltando la maleta de forma un poco brusca a lo que hizo que su mirada volviera a la mía.

—Solo tienes que irte, no te pido nada más.

—Si bueno ya se, pero ¿porque? —lo mire levantarse para después irse a la cocina —¿Paso algo grave?

—Mañana te vas, prepara las maletas.

¿Que cojones?

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⏰ Last updated: Jul 04, 2023 ⏰

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