— Y-yo... Yo le hice... — hipeo — Le hice daño...

— Tú no querías eso.

— S-soy un violador.

— No, no digas eso. No eres un violador, ni una mala persona. No fue tu culpa. Nada de esto es tu culpa. — Habló, y enseguida abrazo más fuerte a su hermano.

Ya llevaban casi cuatro semanas así.

Yoriichi había estudiado psicología con especialidad en traumatología, también era psiquiatra, y terapeuta. Era fundador de una prestigiosa clínica llamada "Sol"; se había hecho famoso por sus donaciones a orfanatos, y tener un albergue de perros sin hogar. Había ganado mucho dinero gracias a su esfuerzo, y gente que donaba caridad no solo para su clínica, sino también para su albergue. Incluso había salido en varias revistas promoviendo la paz y la salud mental.

Tenía un consultorio especial para él, era el más grande de todos los que habían en la clínica, y le encantaba trabajar horas extras. Le gustaba ayudar a las personas.

Desde que empezó a trabajar, le habían llegado casos sorprendentes. Si bien, no era la primera vez que lidiaba con una persona que había abusado de alguien, jamás pensó que una de esas personas sería su hermano.

Y ahí estaban ahora. Abrazados.

Hace cuatro semanas, Kokushibo le había marcado en medio de la madrugada llorando.

Recordó la llamada mientras cerraba sus ojos y ronroneaba para intentar calmar a su hermano.

— "Dios, Kokushibo, son las dos de la mañana, ¿Qué pasó, estás bien?"

«Una respiracion cortada se escuchó por detrás del móvil, y eso no hizo más que ponerlo alerta. Se reincorporo en la cama y tallo sus ojos para mantenerse lo mejor despierto posible.

Se tensó cuando escuchó sollozos.

— "Y-yo... Por favor..., Hermano.."

— "¿Estás bien?, ¿En dónde estás?"

Escuchó como el menor empezó a llorar de manera mucho más fuerte, y —por lo que parecía— empezar a tener una clase de ataque de pánico.

— "S-soy un... Soy un monstruo..."

— "¿Por qué dices eso?, ¿Dónde estás?, ¿Papá está contigo?"

— "Estoy f-fuera de tu casa. Por favor... Abreme."

Después de eso, y sin perder tiempo, colgó la llamada y fue corriendo a la entrada de su casa. Cuando quito el seguro del portón de su patio, fue cuando lo vio.

No recordó ni una sola vez en la que Kokushibo se viera tan mal como ese día. Sus ojos estaban rojos e hinchados, su nariz estaba rosada, y temblaba en cada segundo; sin contar que su respiración era tan irregular y cortada que parecía que en cualquier momento iba a ahogarse.

El menor, apenas lo vio, empezó a limpiarse las lágrimas, y lo envolvió en un fuerte abrazo.»

Ese fue el inicio del fin.

Escuchó cada palabra que salió desde la boca de su hermano, contándole todo.

De cómo su propio padre lo había obligado a abusar sexualmente de un Omega. De cómo lo obligó a golpearlo númerosas veces, y morderlo en las piernas para que lo "acostumbrara" a lo que le haría el alfa al que sería entregado.

Su padre se excuso diciendo que "El Omega era tan exclusivo, que solo personas de linaje alto podían hacer sus entrenamientos", y que "Tarde o temprano lo tendría que hacer", "Debería agradecerle."

"THE MURDER OF ME." |⚠ +18| Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora