𝘓𝘜𝘡 𝘋𝘌 𝘔𝘐 𝘝𝘐𝘋𝘈 ~ 𝘓𝘦𝘨𝘰𝘭𝘢𝘴 𝘎𝘳𝘦𝘦𝘯𝘭𝘦𝘢𝘧

4: Las minas de Moria

Sus pasos cada vez se volvían más lentos y pesados debido al cansancio, los hobbits sentían que sus pequeños pies ya no podían más.

—¿Cuanto falta? -era la décima vez que hacían esa pregunta.

Ninguno respondió, solo detuvieron su andar y miraron las grandes puertas que se encontraban frente a ellos.

—Las puertas de Moria -Gimli miraba asombrado mientras que empezaba a caminar seguido de todos quienes igual miraban con sorpresa e intriga el lugar.

Al ya estar más cerca el enano volvió a hablar.

—Las puertas de los enanos son invisibles cuando están cerradas. -con su hacha golpeo la pared de piedra frente a él.

—Así es Gimli, los dueños no pueden encontrarlas si olvidan sus secretos. -Gandalf tomó la delantera.

—Porque eso no me sorprende? -ahora había sido Legolas quien hablo haciendo que Eva riera por lo bajo al ver la cara del enano.

Al parecer Gandalf empezó a leer o decir unas palabras, cuando la luna se asomó entre las nubes dando a ver una puerta.

—Bien dice -aponto a las letras que esta tenía. —Las puertas de Durin, señor de moría, habla amigo y entra.

—Que significa? -merry se acerco un poco para poder contemplar más de cerca el mensaje que por obvias razones no sabia leer.

—Es muy simple, si eres amigos, pronuncias la clave y las puertas se abrirán -dijo con obviedad el mago.

Y así estuvieron por largo tiempo, Gandalf trataba de descifrar la clave mientras que los otros sólo trataban de pasar el tiempo para no aburrirse.

—Me sorprende no verte con Legolas. -Aragorn se sentó junto a su hermana.

—Por qué a de estar con él? -se hizo la desentendida mientras jugaba con sus dagas.

—Mira se que hay algo entre ustedes -Eva lo miro. —Bueno no algo como una relación, sino que es como un sentimiento, es complicado describirlo pero cada que están juntos yo los observo y a ambos le brillan los ojos, Eva. Ese brillo que yo desde hace mucho no veía en tus ojos. -aquellas últimas palabras hicieron que el corazón de Evangeline se encojiera.

—No hay nada con Legolas, ya te lo he dicho. -contesto secamente mientras que Aragorn soltaba un suspiro.

—Es miedo. -soltó de repente.

—Que?

—Legolas no es como el, Evangeline. -la mujer solo miro a su hermano sin ninguna expresión en su rostro. —Y eso lo sabes perfectamente, que tu pasado no te impida poder volver a ser feliz. -sin esperar la respuesta de ella, se levantó dejándola completamente sola y abrumada.

Un sin fin de cosas pasaron por su cabeza pero sabía que su hermano tenía razón. Le gustaba el elfo y eso era notorio, pero tenía miedo, mucho miedo de que volviera a pasar lo que desde años atrás la atormentaba.

Pensaba que si se daba otra oportunidad terminaría igual o peor que la vez anterior y no se lo permitiría.

Y al igual que Boromir era testaruda y no daría su brazo a torcer. O quizás no en ese momento.

Por ahora solo se conformaba a mirar al rubio desde la lejanía sintiendo su corazón cada vez más rápido cada que veía una sonrisa del rostro contrario. Solo necesitaba eso para ella sentirse feliz, la presencia del elfo.

•~•~•

—Renuncio! esto es ya demasiado. -Gandalf tomó asiento en una roca cansado de tratar de abrir la puerta.

Los hobbits nunca podían quedarse quietos que empezaron a tirar piedras al agua que se encontraba a un lado de ellos sin saber que es lo que estas ocultaban en su profundidad.

—¿Como se dice amigo en elfico? -Frodo volteo a ver al mago.

—Mellon. -un gran ruido de rocas moverse retumbó por el lugar y frente a ellos las grandes puertas se abrieron dando presencia a la entrada de Moria.

Entraron para observar que es lo que había dentro para vaya desagradable sorpresa que se encontraron, cadáveres por todos lados, cientos de flechas por doquier al igual que las espadas.

—Esto no es una mina. -miraban los cadáveres y huesos esparcidos por todos lados. —Es una tumba.

Gimli de desespero al ver los cuerpos de toda su gente ya muerta y tenía poca esperanzas de que su primo también estuviera vivo.

—Chicos dejen tranquila el agua. -Evangeline detuvo el brazo de pippin quien estaba apunto de tirar otra roca.

Sin embargo fue demasiado tarde, un tentaculo gigante tomó a frodo y lo levantó en el aire mientras que los demás sacaban sus armas para tratar de ayudarlo.

Aragorn y Eva entraron al agua y con sus espadas cortaban los tentáculos que los amenazaban para poder acercarse más a Frodo y tratar de bajarlo.

Legolas desde la orillas lanzaba flechas a los que se suponían eran los ojos de la bestia para así tratar de que se volviera más vulnerable. En un descuido la bestia tomó a Eva levantandola dejándola a la altura de Frodo.

"Bingo" pensó, pues tenía la mano libre y su espada en ella.

—Prepárate para el impacto! -no le dio tiempo a Frodo de responder cuando la castaña corto el tentáculo que sostenía al hobbit callendo fuertemente al agua siendo sacado de inmediato de esta por Gimli.

Eva hizo lo mismo con la que la sostenía a ella solo que no tuvo la misma suerte y al caer una roca pego en su frente ocasionando un leve pero profundo corte en ella.

"Genial, primero la mano y ahora la frente" se quejo un poco del dolor pero no le dio tiempo cuando sintió que la jalaron corriendo dentro la minas mientras que los tentáculos trataban de alcanzarlos haciendo que las rocas cayeran y sellaran por completo la entrada.

—No hay más que hacer, debemos enfrentarnos a los males que ahora yacen en Moria.

Sin esperar más, emprendieron camino en la oscuridad que amenazaban las minas sintiendo algo de miedo al sentir estar siendo observados por algo o alguien.

—También lo sientes. -Eva asintió.

—Es siniestro, y una criatura nos lleva siguiendo desde hace días. -apunto disimuladamente a un costado donde se podían ver dos penetrantes ojos azules que no dejaban de verlos.

Un escalofrío recorrió la espalda de Legolas y sin decir ninguna otra palabra, permaneció al lado de Evangeline lo que aún quedaba de viaje...