1:Montarazes

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Ambos encapuchados se encontraban en una de las mesas más alejadas del bar esperando pacientemente a los hobbits quienes no tardaron en dar presencia atravesando la puerta de entrada. El hombre mantenía su vista fija en ellos mientras fumaba tranquilamente su pipa al contrario de la muchacha quien afilaba su cuchillo sin levantar la mirada de este.

—Estamos buscando a Gandalf -el hombre dueño del bar confundido mira al pequeño hombrecillo frente a él.

—¿Gandalf? -el hobbit asiente impaciente. —Oh si, Gandalf. -Al parecer lo recordó y una sonrisa se formó en el rostro contrario. —Gandalf no a venido en meses, querido amigo.

Todos decepcionados y claramente asustados por la ausencia del mago se sentaron en una mesa a procesar dicha información. Merry y Pippin sin embargo que ,no pueden estar ni un solo momento quietos, empezaron a tomar grandes tazones llenos de cerveza y alzar un gran alboroto, en ese instante Sam se acerca a Frodo.

—Esos hombres no hacen nada más que verlo desde que llegamos -Frodo corrió su mirada encontrándose a dos figuras encapuchadas mirando fijo en su dirección. Al ver que iba pasando un mesero a su lado lo detuvo para poder preguntarle.

—Disculpe, los hombres de la esquina ¿quienes son? -el hombre dirigió su mirada a ellos y al darse cuenta rápidamente volteo a ver al hobbit.

—Son montarazes señor, son peligrosos, vagan por el campo, jamás he sabido sus nombres verdaderos pero a él de la pipa le dicen "trancos" y a quien lo acompaña "sombra", puesto que nunca deja ver su rostro.

—Claro que conozco a un Bolsón! -Frodo giro rápidamente al escuchar a Pippin mencionar su apellido. —Esta por allá Frodo Bolsón! Es el, mi querido primo segundo por parte de su madre -rápidamente se acerco a él tratando de parar su habla cosa que puso en alerta a los montarazes.

En un mal movimiento Frodo resbalo y cayó al suelo soltando el anillo que luego quedó encajado en su dedo haciendolo desaparecer de la vista de todos los presentes. Todos quedaron abrumados al ver tal escena y los encapuchados rápidamente se acercaron a ellos.

Al parecer Frodo logró quitarse el anillo porque apareció justo enfrente de ambos quienes lo tomaron bruscamente del cuello de su camisa.

—Atraes demasiada atención a ti mismo, amigo sotomonte -el hombre hablo entre dientes mientra lo levantaba del piso.

—No eres ni un rey, ni algún dios para andar llamando la atención de esa manera -una voz femenina se escucho ahora sorprendiendo al hobbit que a través de la capucha que esta llevaba solo podía observar unos potentes y dominantes ojos azules.

—¿Qué es lo que quieren de mi? -estaba asustado pero se mantenía firme.

—Que seas más precavido -el montaraz se volteo.

—Es lo mínimo que puedes hacer, no llevas una baratija -la femenina termino la frase.

Frodo al inicio negó diciendo que el no llevaba nada, por lo que ambos soltaron una risa amarga.

—Nosotros podemos evitar ser vistos si así lo deseamos -apagaron todas las luces y la mujer poso su vista en el cristal que daba vista a la calle.

—Pero créeme niño, desaparecer por completo es un don excepcional -la mujer quito su capucha dejando ahora ver su detallado rostro. Frodo no podía negar que era muy bella, su cabello era de un castaño muy bien cuidado, sus facciones eran casi tan perfectas como las de un elfo, pero el hobbit se dio cuenta que no era uno por la forma circular de sus orejas, sus penetrantes ojos azules con tonalidades más oscuras que otras que antes por la capucha y la oscuridad no podía distinguir bien, su rostro reflejaba tranquilidad pero a la vez era intimidante por lo que el hobbit al estar frente a ella, con la mirada de la chica puesta en el, se encogió en su lugar y bajo la mirada a un punto fijo en el suelo.

—Definitivamente estas asustado, y eso que aun no sabes lo que te persigue -pasos rápidos se oyeron fuera de la habitación y rápidamente el hombre con la chica desenvainaron sus espadas apuntando a los ahora tres hobbits parados en posición de ataque tras la puerta.

—Tienen hagallas para tener sus "armas" apuntandome ahora, créanme si no quisiera ayudarlos ya estarían con la cabeza fuera de sus cuerpos -los 4 tragaron saliva a las frías palabras de la mujer.

—No pueden esperar al mago debemos irnos, ellos ya vienen -y efectivamente los nazgul, seguidores de Sauron, se aproximaban a ellos a gran velocidad dejándolos casi sin tiempo para escapar.

Rápidamente los montarazes hicieron una distracción para las bestias, mientras lograban ganar tiempo para huir de ellas sin que se den cuenta, o por lo menos hasta que salgan del pueblo.

Llevaban tiempo ya corriendo y por lo visto ya los habían dejado completamente atrás, por lo que decidieron parar en una gran construcción ya abandonada.

—Tengan esto a mano -tomaron todos un arma. —No se separan de ellas y mucho menos se muevan de aquí ¿entendido? -todos asintieron. —Iremos a inspeccionar, volveremos rápido.

Ya había anochecido por completo y mientras Frodo dormía los tres restantes hobbits no se les ocurrió nada mejor que prender fuego y empezar a cocinar. Idiotas.

El fuego hizo que los Nazgul los localizaran y estaban preparados para ir a atacarlos, todos corriendo en busca de sus armas y asustados trataron de tomar valor para poder enfrentarse a tan horrendas criaturas.

5 criaturas contra 4 hobbits, definitivamente el destino había hecho muy disparejo este enfrentamiento.

No pudieron defenderse puesto que eran ignorantes en el arte de las armas y defensa propia. Frodo muy inocentemente trato de usar el anillo para protegerse pero claramente se equivoco y termino con una espada de morgul en su cuerpo dejandolo prácticamente vulnerable y gritando del dolor.

No fue hasta que los montarazes llegaron y con su gran destreza y agilidad ahullentaron a los Nazgul dejando el lugar despejado de bestias pero con un hobbit muy malherido.

—Debemos llevarlo a Rivendel, necesita medicina elfica.

El viaje era largo y mucho más cuando tenían a alguien herido.

—A este paso no llegaremos a tiempo, morirá en el camino. -la castaña se acerco a su compañero y habló a un volumen moderado para que los demás no lograrán escucharla. —Debe ser atendido de inmediato si no queremos que muera aquí, Aragorn. Debemos hacer algo.

Buscaron hojas medicinales y trataron de que estas ayudarán un poco a curar la terrible herida pero se notaba que el cambio era mínimo.

Hasta que, por obra de los mismos Valar, llegó la quizá salvación de Frodo.

—Debemos llevarlo con mi padre. -la elfa lo subió a su caballo.

Cuídate, y mantenlo a salvo. -tomo la mano de la pelinegra y esta le sonrio en despedida.

—Es lindo el amor ¿no hermano? -una sonrisa ladina se formó en los labios de la chica.

—Espero el día en el que tu admitas tus sentimientos, ya son muy notorios. -su sonrisa desapareció y una mala mirada al contrario apareció.

—Debemos partir hobbits, mientras antes lleguemos a Rivendel será mejor.

Y así los 5 partieron su viaje lo más rápido como les sea posible, debían llegar con Frodo cuanto antes...

Y así los 5 partieron su viaje lo más rápido como les sea posible, debían llegar con Frodo cuanto antes

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𝘓𝘜𝘡 𝘋𝘌 𝘔𝘐 𝘝𝘐𝘋𝘈  ~  𝘓𝘦𝘨𝘰𝘭𝘢𝘴 𝘎𝘳𝘦𝘦𝘯𝘭𝘦𝘢𝘧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora