𝘿𝙊𝙉𝘿𝙀 𝙌𝙐𝙄𝙀𝙍𝙊 𝙀𝙎𝙏𝘼𝙍 [pedri gonzález]

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—Hola chicos.

—Hola Pedri. — lo de ser bordes y fríos parece que Hugo no lo pilló.

—¿Puedo sentarme con vosotros? — todos estuvieron de acuerdo con que se sentase a nuestro lado. Bueno, todos menos yo. Pero yo había estado en contra de ello siempre. Le siguieron Fer y mi hermano. Estos últimos sentándose uno a cada lado mío.

—Cuanto tiempo eh. — dijo recelosa Paula la morena, mientras que la Paula que fue su ex casi algo estaba callada mirando al suelo.

—Sí, las cosas han cambiado algo. Y siento no haberos escrito ni llamada.

—Que vengas este verano después de muchos no va a hacer que todo vuelva como antes, lo sabes ¿verdad? — dijo Guzmán mientras apagaba el cigarro, tan cerca de él que yo pensé que le iba a quemar la piel.

—Lo entiendo.

—Te escribimos, Pedri.- dijo Gloria la más afectada por la nostalgia que por el enfado en si. — Y nunca llegaste a contestarnos.

— Y nos enteramos por Gara que habías vuelto, ni te dignaste a visitarnos. — protestó Julia.

—Lo se. Y ahora estoy aquí. Os eche de menos. — solté una carcajada.

—¿Los lujos y fama no dan la felicidad?

—Me parece a mi que tu también eres famosa.

—Pero yo no me olvido de la gente de siempre, de mis raíces. Yo no he cambiado mi vida.

—Vale ya Gara. — entendería que me lo dijese mi hermano, lo que no me esperaba es que la voz fuese de Paula.

—Voy al baño. — me levanté aturdida de ahí para lavarme la cara con algo de agua.

Cuando salí de el baño ocupé otra vez mi sitio en la mesa.  Estaban hablando de como habia ido la vida después de esos años. Como si no hubiese pasado nada. Mis amigos son unos débiles.

Pero resulta que yo con dos copas de más también soy una blanda. Porque hasta me acabé riendo de los chistes de los González.

—¿Alguien quiere otra copa? — dije yo, levantándome para ir a rellenar la mía. Y 14 vasos se me pasaron por la cara.

—Espera, que te ayudo a traerlo todo. — me dijo Pedro, y extrañamente, no rechisté.

Me fui a mi cocina, apartando a gente para poder hacer los cocteles.

—Oye ¿tu sabes lo que es una camiseta? — le dije a Pedro, notando que en todo lo que le había visto, no estaba nunca tapando su torso.

—Te fijas mucho tú ehh...

—Como para no. Digo... porque es inevitable. No que tu seas inevitable pero se nota cuando hablas con alguien y no lleva camiseta.

—Hace calor.

—Una de manga corta.

—¿Qué pasa? ¿Te distrae?

—Mas quisieras tu que te mire los abdominales.

—Pues Paula lo esta haciendo justo ahora.— me giré a verla y Pedro tenía razón.

—Yo no soy Paula.

—No, eres más borde. Encima que te doy la idea de la fiesta y aparte te regalo unas gafas.

—Fue un trueque. Justo. Tu lo aceptaste, no te quejes.

—En todo el verano no voy a dejar el tema.

—Espero no tener que verte todo el verano.

—Creo que me tendrás que aguantar por un rato más.— suspiré y salí delante de él. Con vasos en la mano.