Capítulo 1

109 12 2
                                    

¿Existía diferencia en los despertares cuando se encontraba en un país distinto al que has vivido la mayor parte de tu vida?

Si eso era así, Kun no lo creía, porque seguía tumbado en la cama, mirando por la ventana como el cielo dejaba de ser oscuro y pasaba a pintarse de coloren rosa, naranja y amarillo, así también sus ojos captaban rayos de luz colándose entre las cortinas hasta chocar con las paredes de la habitación. Eso no diferenciaba en absoluto de su usual despertar estando en su departamento.

Por supuesto, él no había dormido casi nada y su cuerpo deseaba seguir así por un poco más de tiempo, aunque también quería salir de ahí y que su mente se detuviera de pensar.

Suspiró sin dejar de observar el cambio que se llevaba a cabo en el cielo, pasar de oscuridad a claridad, que la estrella más cercana opacara el brillo de los demás luceros lejanos. Él se consideraba como una estrella que debía mantenerse brillando a lo lejos, toda su vida llevaba siendo de esa forma y ahora...

—¿Kun?

Acompañado de su voz, golpes suaves en la puerta le dio a conocer que su madre ya había despertado o tal vez ella tampoco logró dormir algo.

Demoró varios segundos en desviar su vista de la ventana hacia la puerta de madera y parpadear mientras procesaba la información.

—Cariño, ¿Estás despierto? —preguntó la fémina volviendo a tocar.

—Sí, estoy despierto —respondió sin muchos ánimos y regresó su enfoque al cielo donde pudo ver aves volando—. Nada parece ser un sueño —murmuró para sí mismo—. Te alcanzo para desayunar en unos minutos.

La fémina soltó la perilla en su intento de poder tener un momento maternal con el menor y se alejó de la puerta fingiendo un tono de voz apacible, aun cuando toda su realidad se estaba volviendo difícil de asimilar.

—Está bien.

Por su parte, Kun se mantuvo acostado por minutos enteros hasta resignarse de no poder seguir así por más tiempo, así que se dirigió al baño para lavarse la cara, de esa manera podría esconder un poco el hecho de no haber descansado.

Veinte minutos se vio desayunando sin poder entablar una charla con la fémina. Ella le daba sonrisas que a él le costaba corresponder, tampoco encontró palabras a mitad del desayuno cuando la poderosa Kim intentó volverle a decir con la mirada que todo estaba bien.

—Hablé con tus padres biológicos antes de venir a Shanghái —informó dejando los cubiertos a los costados del plato.

Kun se quedó totalmente sorprendido que no pudo hacer movimiento alguno durante varios segundos.

—¿Qué? —soltó tratando de recuperarse del asombro—. ¿Ellos te contactaron? ¿Para qué?

Porque el pelimiel no encontraba ningún motivo para que sus progenitores buscaran de la directora, pero lo siguiente volvió a dejarlo sin palabras.

—Lo importante no es quién contactó a quién, sino que tú puedas mantener una buena relación con ellos.

Kun sonrió algo sarcástico por tal comentario.

—¿Trece años después? —cuestionó tomando la taza de café—. Me había quedado muy claro el mensaje de darme por hijo muerto.

—Cenarás con ellos esta noche —dijo ella mirando su desayuno—. Por favor, no te niegues en compartir la mesa con tus padres —pidió levantado la mirada y sonreírle—. Después de todo, son las personas que te trajeron al mundo. Por ellos... tu padre y yo pudimos tenerte.

Kun no pudo devolverle el gesto, tan sólo esbozó una sonrisa forzada y sin rastros de emoción, sino que se lograba percibir la incomodidad de saber sobre sus padres.

Matrimonio Inesperado [JaeKun]Where stories live. Discover now