Kyojuro era lindo, sí, su aroma también era atractivo. Pero no podía evitar sentirse frustrado al sentir que le hablaba a una pared.

El pelirosa pensó seriamente en meter los platos al horno. Si bien la lasagna se comía fría o templada, no sabía si sería agradable para el Omega comerla así. Ni siquiera sabía si le gustaba la lasagna, O si al menos era alérgico a algo.

— ¿Tienes... Alguna alergia?

Nada.

Akaza gruñó. Estaba empezando a hartarse.

— Bien, Kyojuro. Si no quieres hablar está bien.

Otra vez, nada.

El Alfa miró al mayor con el ceño levemente fruncido, e intentó examinar su rostro para encontrar al menos una mínima señal en sus facciones; se estremecio al darse cuenta que su rostro no formaba nada.

Parecía que ni siquiera parpadeaba.

Era como si sus ojos estuvieran... Muertos.

Su mirada fue al cuello del Omega, mirando el collar de perro que este tenía.

Soltó un suspiro.

Con los platos en mano, se dirigió de nuevo al comedor, dejando uno al inicio de la larga mesa, y otro al final al lado de unos cubiertos, siendo seguido en todo momento.

Se sentó en una de las sillas y miró a Kyojuro de pie al lado de él.

— Tu plato está allá. — Dijo, señalando el plato de comida al otro extremo de la larga mesa.

Rengoku no se movió.

Akaza rodó los ojos.

— Allá, — insistió — Allá está tu plato, ¿No vas a comer?, ¿Tienes hambre?

Sin respuesta, otra vez.

Definitivamente no sabía que hacer con el rubio, ¿Y si no hablaba su idioma y por eso no lo entendía?

— Uhm.... Your plate of food is there. — Dijo, intentando acordarse del inglés al mismo tiempo que señalaba otra vez el plato.

No se sorprendió cuando, de nuevo, no había nada.

— Por Dios, Kyojuro, sientate de una puta vez.

El mencionado, miró el lugar señalado, y tal como Akaza ordenó, el Omega caminó hasta el otro extremo de la mesa y se sentó de inmediato.

El alfa miró indignado al rubio, ¿Si le entendía pero lo estaba ignorando a propósito?, ¿O solo entendía algunas palabras?

Soltó un suspiro y desvío la vista a su plato.

Tomó uno de los tenedores de la mesa y jugó un poco con su comida.

Le inquietaba el silencio. Si bien Akaza vivía solo, y a pesar de que nunca había entablado una charla con su anterior ama de llaves, se sentía tranquilo de al menos escucharla cantar mientras limpiaba, y cuando la joven no hacía ruido, él se entretenía hablando por llamada con sus amigos, o poniendo música.

Pero ahora ahí estaba aquel hombre que no conocía en lo absoluto, y se quedaba tan quieto que parecía un cadáver.

Tosió de manera algo incómoda al sentirse observado. La mirada del Omega era muy pesada. No levantó la vista de su plato, en cierta forma le inquietaba verlo y el olor amargo y semiagrio que desprendia no ayudaba en nada.

— ¿V-vas... A comer? — Preguntó, y sin querer su voz salió algo temblorosa.

Kyojuro miró el plato frente a él, más no hizo nada más que verlo.

"THE MURDER OF ME." |⚠ +18| Omegaverse.Where stories live. Discover now