Capítulo 7

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Oscuridad era lo único que percibía en este momento. El dolor de cabeza continuaba pero había disminuido notablemente. Me dolía todo el cuerpo y no entendía por qué. Abrí los ojos lentamente, tenía la visión borrosa y a penas distinguía donde estaba. Tenía claro que estaba recostada en una cama, me dolía la espalda y supuse que llevaba demasiado tiempo tumbada ahí. Mi visión se volvió un poco más nítida y me di cuenta de que estaba en una habitación de hospital. Intenté tragrar y cerré los ojos con fuerza al instante de hacerlo; tenía la garganta seca y tragar era un proceso doloroso. Intenté mover el brazo pero no pude hacerlo. Estaba entumecido y noté que tenía un suero puesto.

La puerta de la habitación crujió; alguien iba a entrar. Llevé los ojos a la puerta y una persona apareció dentro de la habitación.

— ¿Jade...? — dijo.

Su voz sonaba lejana, pero ligeramente conocida. Era un chico. Su rostro comenzó a ponerse borroso y sentí pesados los párpados. Él corrió hacia mí antes de que cerrara los ojos por completo.

— ¡Doctor, está despertando! — gritó, aún en mi estado podía notar la emoción en su voz y pensé que tal vez se alegraba por mí.

«Tal vez soy importante para él» fue lo último que pensé antes de volver a cerrar los ojos.

— Jade, no te vallas. Quédate conmigo... por favor.

Seguía sin saber quién era, pero de alguna forma parecía familiar. Escuché la puerta abriéndose y fue lo último que escuché.

***

— ¿Jade...? — escuché que alguien me llamaba — ¿Estás despierta?

Abrí los ojos lentamente y me llevé una mano a la cabeza. Logré sentarme en la cama, sentía las extremidades adormecidas.

— ¡Sí! — respondí, tenía los ojos cerrados pero podía imaginar a Abril parada en la puerta de mi habitación.

— El desayuno está listo — me dijo, estaba justo donde la había imaginado — y tu amiga te espera abajo.

— ¿Mi amiga?

— Sí, la que ha estado llamando desde ayer para saber de ti.

— ¿De quién hablas? — pregunté, acomodandome en el borde de la cama, mis pies tocaron el suelo; estaba frío.

— De la chica peli-negra — mi cara lo decía todo; no sabía de quien estaba hablando —. Mariam Spears. Creo que ese es su nombre.

Algo similar a un vídeo a cámara rápida se proyectó en mi cabeza. Vi pasar a toda velocidad las imágenes de mi segundo día de instituto: cuando había conocido a Mariam y todo lo que me había dicho hasta que comenzó la clase de Literatura, no había más que oscuridad y vacío luego de eso...

— Creo que debería llamar al doctor — dijo Abril, mordiendose el labio, parecía preocupada.

— No — le mostré la palma de la mano para detenerla —, estoy bien. Es solo que no sabía de quien hablabas...

— El doctor dijo que tal vez no recordarias algunos detalles de lo sucedido — Abril empujó más la puerta de mi habitación y entro en ella para sentarse a mi lado en la cama.

— ¿Doctor? — pregunté confundida — Es cierto que hay cosas que no recuerdo pero, ¿qué fue lo que pasó?

— Tu amiga dijo que estaban en la clase de gimnasia. — me contó —. Dijo que te tropesaste y caíste al suelo, te golpeaste en la cabeza y quedaste inconsciente.

Fruncí el ceño, no recordaba nada de eso. Giré el cuello para ver el reloj, era temprano en la mañana.

— ¿Cuanto tiempo estuve... — cerré los ojos un segundo —... inconsciente?

El fantasma de AxelWhere stories live. Discover now