Me volví hacia los dos idiotas que se creían que estaban en un ring de boxeo.

Se escuchaban realmente fuerte los golpes y estruendos de la pelea. Literalmente se estaban arrastrando por el suelo. Elías se encontraba arrodillado sobre Káliz dándole golpes al rostro mientras este lo bloqueaba con sus brazos. Ya ambos tenían sangre en varias partes del rostro , y gruñían como si fueran animales salvajes.

La sangre del pelinegro olía tan bien.

—¡Pero hagan algo! Párenlos —insistió desesperada Vic—. Se van a matar.

—Nah. ¿Olvidas qué es Eli?

—¿Olvidas quién es Káliz?

Zayn y yo nos miramos al mismo tiempo después de soltar aquel comentario.

—Los vampiros también pueden morir. Káliz ha matado a muchísimos de ustedes, y no solo vampiros. ¿Porqué tu hermano seria la excepción?

—Mi hermano no es un vampiro común. Él puede desacerse fácilmente de Káliz.

—¿En serio?

—Lo de antes fue porque lo tomó desprevenido —me crucé de brazos mientras él se mostraba divertido.

—¿No me digas, muñeca? Entonces debe tener un serio problema con sus sentidos. Porque en el río yo también lo agarré desprevenido.

—Eso también fue...¿me dijiste muñeca?

—No me robes los ligues, hermanita.

¿Y este cuando había dejado la pelea?

Elías se había levantado del asfalto y caminado hacia nosotros. Me fijé más atrás y Káliz se estaba levantando del suelo también. Ambos golpeados y magullados, pero... ¿Qué carajos pasó?

—¿Y ustedes? ¿Hicieron las pases o qué?— dije incrédula junto a Zayn, que se veía confundido también.

—Te lo diré después, ahora vamos a casa.

Me tomó del hombro y le guiñó un ojo juguetonamente a Zayn, provocando que le sacara el dedo corazón. Este solo sonrió aun más y se paró delante de Káliz, que ya estaba de pie.

—Espero que cumplas con tu parte.

—Igualmente tú con la tuya.

¿Qué mierda dicen? ¿Qué trato?

—¿De qué hablan? —alterné mi mirada entre los dos buscando una respuesta.

Káliz me miró y por poco me pierdo nuevamente en sus oscuros ojos, hasta que me habló.

—Tu hermano y yo hicimos una tregua,... y a la vez una especie de colaboración.

—Solo que esta vez con nuestro consentimiento —añadió el pelirrojo sarcásticamente.

—El punto es...—dijo este con un suspiro cansado—.  Trabajaremos juntos esta vez, de buena gana... sin amenazas.

—Y sin intentar matarnos ¿Cierto? —dijo Victory mostrando una sonrisa esperanzada.

—Aja —Káliz se veía mortificado por tener que aceptar algo así.

La verdad me divertía mucho su expresión contrariada.

—¿Y...cómo llegaron a esas ganas de llevarnos bien?

La sonrisa de mi hermano se ensanchó y sentí a Káliz tensarse.

¿Qué ocurrió entre estos dos para que los papeles cambiaran tan drásticamente?

—Digamos que...—empezó a decir Eli—, se algo que ustedes no.

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