Capítulo 1 Parte 2

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El sol se había ocultado ya varias horas atrás, una fuerte brisa soplaba trayendo un mal presagio para los apatriados. El ambiente estaba oscuro y húmedo, casi imposible de respirar, pero para Drake y el resto de los apatriados era una noche común, sus ojos ya se habían adaptado como ojos felinos luego de vivir toda su vida en la oscuridad. 

Un pequeño campo de flores se esparcidas en medio de ellos, siendo lo único hermoso y natural del paisaje que los rodeaba, unas flores que brillaban incluso en las noches mas oscuras y aterradoras como esa. Hace apenas unos días Drake y sus compañeros habían descubierto esta extraña flor, no era una flor que estuviera documentada, o al menos en el poco acceso a información que tenían. Sospechaban que era una nueva especie mutante debido a radiación  y cuando Drake había visto a los de la cúpula rondando por estos lares no dudo en suponer lo que traían entre manos.

Era una zona realmente peligrosa, desde hace muchos años no había arboles, ni arbustos; solo escombros esparcidos por todos lados gracias a los desastres naturales. Por suerte estos y la oscuridad eran grandes aliados para esconderse momentáneamente de los enemigos.

― ¿Estas seguro que vienen hoy? ―preguntó Kristina.

Drake gruño entre dientes ofendido por la duda.

Kristina era una chica morena, alta, delgada, pero a la vez fuerte, su piel estaba tostada por la radiación, peleaba mejor que la mayoría de los hombres del equipo, pero siempre era muy pesimista.

― No comiencen a pelear ―intervino Lucas al instante―, no seas siempre tan negativa Kristina, Drake se arriesgo mucho para conseguir esta información.

― No pienso volver a trabajar como esclavo para la cúpula mas nunca en mi vida ―se quejo Drake.

― Gracias a eso tenemos muy buena información ―aclaro William.

― Es lo único que me consuela.

William era el único adulto del equipo, tenia 43 años y conocía muchas técnicas de pelea. A lo largo de los años algunos apatriados eran llevados a la cúpula a trabajar en obras de construcción o trabajos pesados. Muchas veces William en su juventud había sido voluntario y había logrado aprender algunas técnicas de los soldados de la cúpula; y ahora transmitía sus conocimientos y entrenaba a los chicos.

En los últimos meses la cúpula había tenido muchos problemas de infraestructura debido a terremotos, huracanes y otros fenómenos que acechaban a la humanidad, por lo cual habían recurrido a los apatriados para realizar los trabajos de reparación. Drake siempre era solicitado aunque para él no era nada placentero, ya que trabajaban encadenados y vigilados las 24 horas. Aun así Drake se las arreglaba para obtener información.

― Ya vienen, colóquense en sus posiciones ―ordeno William.

Ocultados entre escombros se daban señales avisando que se encontraban en su lugar.

Drake escucho un silbido con un ritmo peculiar, indicándole que sus compañeros estaban en sus respectivos puestos y listos para la acción.

Mandy, estaba sentada en el medio del campo de flores brillantes; como si de una pequeña chispa de Dios se tratara, esa pequeña flor había comenzado a brotar y a brillar trayendo asombro y  esperanza a la humanidad, o al menos a Drake y a su equipo que la habían descubierto.

Sin tecnología avanzada o recursos como los de la cúpula, debieron experimentar como en los primeros siglos sobre las propiedades de esta nueva especie y como había logrado surgir en un mundo que solo representaba muerte y miseria.

Pero esos pequeños capullos que florecían junto con su ilusión ahora también estaban en la mira de la cúpula. Una ciudad rodeada de una gran estructura de metal que los protegía de la radiación y la contaminación, gobernada por las personas mas despreciables y diabólicas que solo pensaban en el poder y su bienestar propio; o al menos ese era el punto de vista de los apatriados. Aun así esto no evitaba que desearan vivir bajo su protección aunque odiaran admitirlo.

Nueva era (En proceso de edición)Where stories live. Discover now