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La débil luz del atardecer atravesaba las cortinas de la ventana del joven dibujante, aquél que llenaba su casa de bocetos y retratos, una pintoresca pero triste habitación, esa era su manera de no sentirse completamente solo

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La débil luz del atardecer atravesaba las cortinas de la ventana del joven dibujante, aquél que llenaba su casa de bocetos y retratos, una pintoresca pero triste habitación, esa era su manera de no sentirse completamente solo. Incluso sus pequeñas figuras hechas a mano eran nombradas como "Familia". No, el hombre de piel morena no era ningún asocial, tenía amigos, pocos, pero los tenía, los mismos que se preocupaban por su estado de aislamiento cada que creaba algo.

Él consideraba a sus creaciones como algo magnífico. Todo artista necesita un cómodo espacio y él estaba cómodo de esa manera, alejado.

Cada vez que terminaba se daba el lujo de observarlas por un tiempo, imaginando que él era una cantidad considerable de personas que apreciaban sus obras, porque lo merecían, ser admiradas por el empeño, pasión y esmero al hacerse.

Debido a su intencional pensamiento de arrogancia se había quedado dormido. Aún descansando, su imaginación empezó a ilustrar a un hermoso joven de cabello negro con pequeños rizos, ojos negros semejantes a la obsidiana y mas oscuros que la noche misma, piel pálida de porcelana, brillante y frágil, labios pomposos y brillantes, deseables, no puedo decir que su físico no era demandante, porque lo era, desde una cintura delgada, muslos un poco rellenos y piernas únicas. Un balbuceo salió de él y abriendo los ojos de golpe, se incorporó decidido.

Impresionado, bastante de sí mismo, se levanta en busca de su libreta y lápiz favorito, al encontrarla no duda en recordar cada detalle para plasmarlo en un boceto, uno hermoso y detallado.

Pudo decirse que le llamó perfección y considerando que no era un perfeccionista.

No deseaba dejarlo en blanco y negro.

Aquél boceto merecía color, colores vivos tales como su mente lo reflejó.

Cada color pintó cuidadosamente aquél retrato. Una gummy smile de satisfacción se hizo presente al ver a tan maravilloso hombre.

—Me encanta— Dice en un susurro —¡Me encanta demasiado!— Exclama esta vez, levantando la hoja al cielo del techo.

—Me encanta— Dice en un susurro —¡Me encanta demasiado!— Exclama esta vez, levantando la hoja al cielo del techo

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Perfect Doll || TaegumWhere stories live. Discover now