Capitulo 2

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El ruido de los disparos y sus pisadas eran constantes, todos estaban poniendo atención al joven muchacho de cabello negro que iba corriendo y saltando durante el recorrido con gran concentración.

"Santo cielo, ¿De verdad es un recluta?".

"¡No falla ninguna!".

"¿Siquiera está es su primera vez?".

"¿Cuántos años dijistes que tiene?¿16?".

Estos eran los comentarios frecuentes de todos los presentes, entre todos ellos, destacaba una mujer delgada, plana como una tabla, de ojos y cabello negro, pero está llevaba puesto un uniforme de oficial de alto rango.

Ella es la teniente Kimberly Hartman, y actualmente es la maestra y entrenadora de una nueva generación de soldados para el UNSC.

Y ella está genuinamente sorprendida de uno de sus reclutas.

Una gran habilidad con las armas, una excelente condición física y una prodigiosa mente, eso utilizaría para describir al adolescente de 16 años que estaba en el circuito de obstáculos.

"¿Quien demonios eres, Kazuto Kirigaya?" Pensó con una sonrisa que lentamente estaba creciendo, viendo cómo el joven superaba sin ningún tipo de problemas los obstáculos.

En sus 18 años como maestra y entrenadora, nunca había tenido a alguien tan talentoso entre sus filas, y eso la emocionaba como nunca.

"Ja, ya se a quien le voy a presumir a esa perra de Smith durante estos 4 años" murmuró sádicamente.

El ruido de la campana la saco de sus pensamientos, su sonrisa de oreja a oreja nunca desapareció, especialmente cuando vio al joven Kirigaya entrando a la sala jadeando, completamente exhausto.

"¡Demonios Kazuto, eso fue increíble, agh, por unos segundos y yo me hubiera quedado con el primer lugar!".

Un joven de la misma edad de Kazuto se acercó con una sonrisa, Kazuto le sonrió devuelta.

"Me sonrojas idiota, eso no fue nada" El par se rió fuertemente después de la broma de Kirigaya.

"¡¿Eso no fue nada?!" El resto exclamó por sus adentros, aturdidos por el comentario de su compañero.

"¡Bien par de maricones, fue suficiente!".

Todos se pusieron firmes después de escuchar el ladrido de su entrenadora, que con los brazos cruzados caminó entre los reclutas.

"Bien... Debo de admitirlo, ustedes par de engendros no se de dónde salieron pero superaron muy bien la prueba" les dijo con una pequeña sonrisa orgullosa, sonrisa que desapareció y fue reemplazado por una mueca decepcionada "¡En cuanto ustedes, no entiendo cómo dos polluelos recién salidos del nido los superaron por creces!" Exclamó enojada dirigiéndose al resto de los reclutas.

La mujer respiró hondo, intentando calmar su ira, luego sonrió perversamente.

"Más les vale cenar bien, que mañana seguramente haré llorar a alguien".

Todos se tensaron al escuchar a su superior, que ya estaba prometiendo una tortura para todos mañana "Pueden retirarse".

Todos salieron de la sala despavoridos, incluyendo al par de amigos, que un poco más relajados se pusieron a conversar amenamente mientras caminaban por el pasillo, en dirección al comedor.

"¿Que hay de tí Eugo, como están tus padres?".

Kazuto miro con curiosidad a su amigo, Eugo Houston, un chico rubio, de la misma altura que el, delgado, de piel cremosa, pálida y unos ojos azul celestes, dando al muchacho una apariencia tierna.

Al mando de una desastrosa naveWhere stories live. Discover now