[ C a p í t u l o - (1 5) : L a - e x p r e s i v i d a d ]

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-Esta practica no solo fue con intensiones frívolas – Comenzó a hablar la Dra. Sandy – Deben de comprender la importancia de la expresividad, las posturas, los brazos y como toda su complexión puede ser fundamental al momento de relacionarse con otras personas... y con ustedes mismos.

Las palabras de la Dra. Sandy parecían ser más una platica hecha por un gurú barato, quien podría enseñarte a conseguir inclusive la inmortalidad, por una modesta cantidad de un millón de dólares; un estafador de palabras vacías, que dejaba a la psicología, en la mayoría del tiempo, como algo risible; manchando el nombre de la disciplina.

-Deben de entender que no estoy aquí para ayudarlos gratuitamente, sino que lo hago porque es una obligación, por lo que si quieren tomar mis clases, deberán pagar cada una con cien créditos... En caso de no tenerlos... – La Dra. Salty se percató del nerviosismo de los criminales, por lo que no dudó en tomar una marioneta o maniquí como los que había tenido para la práctica.

Este maniquí tenía un extraño parecido con Loren; la figura de maniquí era la misma, y la parte donde se encontraban sus ojos, eran tan similares a los de ella, por lo que esto inquietó un poco a Loren, quien vio la Dra. Sandy acercaba una pequeña navaja de afeitar cerca de la cabeza del maniquí.

-Si no pueden pagarlo... Me veré en la deshonrosa molestia de hacer esto – De un tajo fuerte, causó un pequeño corte en la cabeza de madera, debajo del ojo derecho, causando que Loren sintiera un dolor cortante en su mejilla derecha; ella no gritó, solo gimió de dolor y agachó su cabeza mientras cubría su rostro con sus manos; de estas comenzó a escurrir sangre.

Loren no podía creer en lo más mínimo que era lo que había pasado. Ni siquiera tenía sentido, mucho menos con lo que había vivido hasta ese entonces. Loren no quería hablar de ello ni mucho menos. Solo deseaba que eso no fuese real. No quería que aquel accidente, aquella cortada, de casi tres centímetros, le dejase marca o fuera más dolorosa de lo que se sintió. Tampoco quería llamar la atención, y fue ello por lo que no gritó de dolor; pero era impactante y el ardor era insoportable.

-Quiero que eso quede como una muestra de que todos ustedes no son solo más que simples pruebas para mí, y para el resto de la academia. Por lo que, si quieren tener algún tipo de respeto por parte de nosotros, deberán acatar lo que digamos.

En el silencio del aula, todos pudieron solo hablar en voz baja; todos coincidían con mensajes que mostraban horror y nervios en todo su sentido absoluto. Nadie medió palabra que representara amenaza alguna para nadie; excepto Loren.

-P-p-púdrete – Dijo con voz baja, tan baja que nadie pudo escucharla, más que ella misma; era mejor así. No quería más problemas de los cuales tenía hasta ese momento. Cabían pocas posibilidades de que eso fuese un sueño o algún sentimiento hecho por la mente; el dolor y la sangre eran tan reales como su odio.

-Esta clase es quizá la más importante para todos ustedes – Dijo la Dra. Sandy, quien dejó la marioneta de Loren para poder hablar de forma concentrada – Todos ustedes, en esta materia o este foro de platica, van a aprender como comportarse en sociedad, como actuar de forma correcta. Entenderán que inclusive el lenguaje no verbal influye mucho en cómo te ve el mundo. En caso de que no quieran comprender, usaré estos muñecos como yo lo deseé.

La Dra. Sandy levantó un muñeco, el cual tenía la matrícula M – 308. Lo puso en su mano y comenzó a acariciarlo en su estómago. De inmediato William comenzó a sentir cosquillas en su pecho. No pudo contener la risa y decidió salir del aula, para no incomodar al resto de los reos; las carcajadas no se podían detener.

William salió disparado del aula. No obstante, cuando la puerta se cerró, la Dra. Sandy les dijo a los reos:

-Odio que se salgan del aula sin mi consentimiento – Tomando fuerza, tomó una pequeña aguja y comenzó a intentar perforar el lugar del pulmón izquierdo, hasta lograr perforarlo. Rápidamente repitió el mismo proceso con la aguja, solo que esta vez en el estómago. Todos sintieron como su pecho se encogía al ver como con brutalidad la Dra. Sandy se proyectaba hacia el muñeco y lo lastimaba.

L Y N X  (#dyhawards24)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora